Estamos a días de poder ver Shang-Chi y la leyenda de los diez anillos en su debut en las carteleras mexicanas, la introducción del artemarcialista de Marvel Cómics al MCU a cargo del actor Simu Liu, una historia fascinate para todos aquellos que crecimos viendo las películas de Bruce Lee y sus emocionante torneos de kung-fu, lo malo es que todavía no es 3 de septiembre y hay mucho pesimismo a su alrededor, incluso pronostican una taquilla baja.
Sin embargo, es posible que mucho se deba a que es un personaje secundario que no forma parte de Los Vengadores ni de ningún evento súper importante de Marvel Cómics, algo comprensible, pero no por eso es justo subestimar los alcances que puede tener en una nueva generación y sobre todo a la reivindicación de la comunidad asiática, también golpeada fuertemente por el racismo imperante en Hollywood, Estados Unidos y otras partes del mundo, así que, si aún no te animas a ver el filme, te contamos de dónde viene este personaje.
Nos remitimos a diciembre de 1973, Stan Lee presentó con bombo y platillo el #15 de la serie Marvel Special Edition porque los lectores tenían en sus manos la primera aparición de Shang-Chi, creado por Steve Englehart y Jim Starlin, un peleador nato, mortal en el kung-fu, por inspiración de Bruce Lee; nacido en Honan, China, donde fue sometido a un entrenamiento por órdenes de su padre, el maligno y desalmado Fu Manchu, un supervillano de la editorial que manipuló a su hijo para convertirlo más en un sicario que en un legendario peleador.
Y nos gustaría detenernos aquí para señalar un cambio evidente entre la historieta y la película, según lo que hemos visto, El Mandarín (Tony Leung) se presenta como el progenitor de Shang-Chi. ¿Qué? ¿A caso están hablando de Gene Khan, el archienemigo de Iron Man y poseedor de 10 anillos de poder?¿Cómo por? ¿Kevin Feige y el director Destin Daniel Cretton enloquecieron? Puede que sí, pero todo tiene una explicación.
Marvel Cómics
Marvel perdió los derechos para utilizar la imagen del Dr. Fu Manchu en 1983, nueve años después de adquirirlos para realizar historietas con los personajes creados por el novelista Sax Rohmer. En 2001, Starlin explicó en una entrevista para Universo HQ que la intención de Stan Lee y la compañía era tener licencia de la clásica serie Kung-Fu, pero al ser parte de Warner Media, o sea, DC Cómics, fue prácticamente imposible y les llegó la oportunidad con Fu Manchu, un loco mandarín (oficial de la China imperial) con un oscuro pasado.
Pero en este tiempo de experiencia, con malos tragos por cierto, pues las creaciones de Rohmer fueron señaladas como racistas, les quedó la gran creación de Shang-Chi. Y continuamos donde nos quedamos: después de matar al pacisfista británico James Petrie, el joven emisario sostiene una charla con el némesis de su padre, Denis Nayland, quien le cuenta que su Fu Manchu fue el creador del elixir vitae, un aceite para prolongar su vitalidad, con la intención de conquistar el mundo, poner a las mujeres a su servicio y así consolidar el objetivo de la siniestra sociedad secreta Si-Fan.
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Tras conocer la verdad, corroborada por su madre, Shang se presenta en el santuario donde es recibido de forma hostil por Tak el luchador de sumo y guardián principal del mandarín, cuyas intenciones de devolver a China su grandeza radican en el odio que siente por la raza blanca, iniciando así el estereotipo del asiático normalmente utilizado para representar a gente malvada en el cine, la televisión y las historietas, justo lo que sus amigos le mencionaron a Jim Starlin durante la estancia de este personaje en Marvel.
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"Hablas como un loco, padre. La siguiente ves que nos veamos será como enemigos implacables", le dice Shang a su padre al tiempo de deshacerse de una bandana con el emblema de la dinastía, "que así sea, hijo. Vete en paz y jamás te atrevas a cambiar de opinión. Toda la maldad en este mundo está bajo mis órdenes y, siendo mi hijo o no, toda irá dirigida para llevarte a tu perdición", le contesta Fu Manchu. Así nació la leyenda de Shang-Chi, nombre que significa "el ascenso y avance del espíritu" y que prevalece hasta nuestros días.