La relación entre el anime y el Festival de Cine de Cannes no es muy longeva, comenzó en 2003 cuando el prestigioso evento seleccionó la película Nasu: Verano en Andalucía como parte de su programación oficial y, desde ese entonces, sólo le siguieron el paso Ghost in the shell 2: Innocence, la única y verdadera contendiente por la Palma de Oro en 2004; El cuento de la princesa Kaguya en 2014 y, para este año, Belle se suma al selecto grupo con su estreno programado por los franceses el próximo 15 de julio.
El director detrás de esta historia es Mamoru Hosoda, un viejo conocido de la industria de la animación nipona y cocreador del Studio Chizu (la palabra "mapa", en japonés) en 2011, cuando simplemente requería de un cuartel principal para llevar a cabo la realización de Wolf Children, la primera producción acreditada a esta casa productora. Y él, junto con su socio Yuichiro Saito, tenía claro despegarse de la fantasía promovida por Disney y Toei Animation, donde Mamoru comenzó su trabajo con la serie Digimon y Digimon: La película, para adentrarse a terrenos, temas y realidades inexploradas por el resto de sus colegas.
En Wolf Children, se vio motivado por la transición de sus amigos más cercanos, quienes dejaron de ver para sí mismos y condujeron el resto de su vida hacia la crianza de hijos en las más grandes urbes de Japón. Para compartir con el público que no tiene dicho privilegio, se le ocurrió utilizar lobos para encontrar sentimientos en común y ejemplificar perfectamente la imagen de los pilares familiares, pues los licántropos son una especie acopstumbrada al movimiento en manada y bajo una figura alfa.
Mamoru tiene en mente la creación de personajes con la capacidad de fomentar la voluntad propia en búsqueda de un futuro prometedor, ya sea a través de la crianza, la disciplina aprendida por las artes marciales (en El niño y la bestia) y el amor al prójimo (Mirai, mi pequeña hermana), entre otras situaciones. “Todas mis películas deben servir al público como un parque donde se reúne mucha gente”, explica en su página oficial; es decir, tiene clara idea de colectividad como la única manera de sobrevivir a un mundo tan cambiante a nivel social, económico y político.
Belle no será la excepción: Suzu tiene 17 años y vive con su padre en la prefectura de Kochi. Una relación fría y distante a raíz de la muerte de su madre, dictada por la indiferencia y el perpetuo duelo. Hasta que descubre la realidad virtual U, el hogar para su alter-ego, el avatar Belle, una simpática chica, alegre, cantante y con una vida color de rosa, quien encuentra en un misterioso dragón la perfecta alianza para descubrir quiénes son realmente y qué propósito tienen al existir en ambos mundos.
A juzgar por este adelanto, Mamoru habría fallado en ir un paso adelante o distante de las temáticas abordadas en la cinematografía y animación, siendo la realidad virtual el medio por donde los personajes del novelista Ernst Cline, autor de Ready player one y Ready player two, abandonan la miseria, el infortunio y la tristeza del mundo físico. Pero a una situación ya contada, le encontró una profundidad mayor: "Internet es un mundo de difamación y noticias falsas. Hay muchos aspectos negativos, pero es una buena herramienta para ampliar las posibilidades existenciales del ser humano. Ahora que la red está cambiando, me pregunté si podría hacer una historia con mira a un futuro positivo", adelantó.
El animador de 53 años estará presente en Cannes para presentar su nueva obra de arte y será hasta el día de su premier, o a lo largo de estos días del festival, que se conozcan más detalles de Belle. La única certeza, por ahora, es que estamos por presenciar uno de los animes creados con los más altos estándares visuales, con personajes y ambientes desarrollados por imágenes computarizadas y sin perder el carácter tradicional de los trazos hechos por los ilustradores.
El japonés y Studio Chizu fueron nominados hace dos años al Oscar y los Globos de Oro como Mejor Película Animada gracias a Mirai, mi hermana pequeña; premiados tres veces como la Mejor Animación del Año en Japón por la misma película, El niño y la bestia y Wolf children, e invitados constantemente a prestigiosos festivales de cine. Como dato curioso, Belle hubiera sido la quinta cinta invitada a Cannes, por detrás de Earwig and the witch, de Studio Ghibli y dirigida por el hijo de Hayao Miyazaki, Goro, y seleccionada para su exhibición en 2020, sólo que jamás se le cumplió el sueño al heredero de la mítica casa productora, pues la pandemia orilló a los galos a cancelar su edición y se estrenó en la cadena pública NHK.
Y si esto no te convence, Mamoru fue de los animadores principales en el desarrollo de las cintas Dragon Ball Z: Broly, el poder invencible (1993); Dragon Ball Z: Broly, el regreso del guerrero legendario (1994); y Dragon Ball: El camino hacia el poder (1996), tres de los filmes noventeros del manga escrito y creado por el maestro Akira Toriyama. También, antes de la formalización y creación de Studio Chizu, estuvo detrás de las riendas de Summer wars y La chica que saltaba en el tiempo. Un día después de Cannes, Belle estará disponible en salas japonesas y habrá que esperar si alguna distribuidora en México se anima a traerla para su proyección y así ser parte del 10 aniversario de Studio Chizu.