En la reciente novedad de Netflix, nos adentramos al capítulo uno y dos de la trilogía del escritor R.L. Stine, La calle del terror: 1994, ubicada en Shadyside, Ohio, el hogar de un grupo de adolescentes amenazados por el rencor una bruja ejecutada en 1666, cuya maldición desata las más violentas masacres en la historia de la demarcación. Una ciencia ficción llena de ira, venganza, rencor, frustración, todos los sombríos sentimientos que la generación noventera expresó en un género musical muy particular: el grunge.
No había de otra para el cineasta Leigh Janiak, es decir, sabemos que la década tuvo una explosión musical a nivel general, pero el sonido de Seattle tiene todo lo necesario para exponer la visceralidad de esta historia y sus personajes, empezando por la pobre Heather (Maya Hawke II), la encargada de la librería del centro comercial, asesinada a puñaladas unos minutos después de haberle pintado dedo a una engreída clienta con "Closer", de Nine Inch Nails, como fondo.
Ya lo dijo Trent Reznor, líder de NIN, hace 30 años el peligro y la transgresión asestaron un golpe importante al tomar los riesgos necesarios para aportar algo a la cultura global y, de paso, tener efecto prolongado, algo ahora inexistente con el auge de la música digital, un consumo que desecha lo más pronto posible cada autoría, teniendo poca oportunidad de sobrevivir al paso del tiempo, como lo hicieron las 19 rolas incluidas en esta cinta. Ahora que estamos en días lluviosos, ¿quién no se remite automática mente en "Only Happy When It Rains", de Garbage? ¡Y qué placer es escuchar a Shirley Manson, Butch Vig y compañía en una pequeña parte de la trama!
Otro par de los letristas de la época fueron Gavin Rossdale, de Bush (aunque él sigue, el más reciente álbum del grupo, The Kingdom, es una belleza); Chris Cornell, de Soundgarden, y por supuesto suenan con "Machinehead" y "The Day I Tried to Live", consecutivamente. De hecho, se agradece a Janiak recordar a Cornell con una canción controversial, pensaban que evocaba el suicidio, pero era más una carta de apertura al mundo y abandono de la introversión, y prescindir de la clásica "Black Hole Sun".
Pasando por "Firestarter", de The Prodigy, y "Hey", de los Pixies, esta elegida por una frase en particular, que va muy bien con la relación entre Deena (Kiana Madeira) y Sam (Olivia Scott Welch): “Hey, been trying to meet you. Hey, must be a devil between us (Hey, he tratado de conocerte. Hey, debe haber un demonio entre los dos)”, y sí, muchachos, entre ambas no había sólo un demonio, sino una embravecida bruja con sus fríos matones encapuchados.
Josh (Benjamin Flores Jr.) usa una camiseta de Iron Maiden para abrir la puerta a la misma Doncella de Hierro, White Zombie y Alice Cooper, representantes del heavy metal. Después nos encontramos con un par d eleyendas del rap, Cypress Hilly Snoop Dogg; un poco de triphop con Portishead; Cowboy Junkies, Sophie B. Hawkins y Roberta Flack, las necesarias para armar una playlist de la década y revivir los viejos tiempos o transportarte a los días que no te tocó vivir.
Y sí, está raro que no hayan incluido a Nirvana y Pearl Jam, pero habitualmente son el par de grupos usados para musicalizar la década, un descanso a "Smells Like Teen Spirit", "Come As You Are", "Jeremy" y "Black" no viene mal. Pero si de plano eres exigente, la banda sonora de la segunda parte, La calle del terror: 1978, usó el mítico cover de "The Man Who Sold the World" ejecutado por Nirvana. Su autor original, David Bowie, repite la presencia con la misma canción y "Moonage Daydream".
Por otro lado, la secuela La calle del terror: 1978, nos mostró guiños por todos lados a la cultura del rock de los 70. Su protagonista se mueve bajo el seudónimo de Ziggy (¿Stardust?) y la banda sonora se volca totalmente a lo clásico del rock y folk: Neil Diamond, Cat Stevens, Blue Oyster Cult y Kansas, uff, esta última banda como una gran adición, al grado de que si Dean (Jensen Ackles) y Sam Winchester (Jared Padalecki), de Supernatural, ven esta película, se volverían fans sólo de escuchar su canción favorita, "Carry on Wayward Son", en el soundtrack. Velvet Underground participa con "Sweet Jane", otra joya; y también hay algo de punk rock, Buzzocks con "Ever Fallen in Love (With Someone You Shouldn’t Have?)". Con esto queremos decir que cada salto o retroceso en el tiempo, va acompañado de las grandes glorias musicales de su respectiva época. Punto a favor y adicional para seguir hasta el estreno de la tercera parte, La calle del terror: 1666.