El motor y escape del Nissan Skyline de Brian O’Conner truena como nunca en la última escena de Rápidos y furiosos 9 y es uno de los tantos homenajes a Paul Walker a lo largo de la entrega dirigida por Justin Lin, pero más allá del sentimentalismo y el masoquismo por mantener vivo el legado del actor fallecido en 2013 durante un trágico accidente automovilístico, su natural instinto heroico aún contagia a todo el elenco de la saga.
Jordana Brewster (Mia Toretto) ha compartido durante la promoción latina del filme que Paul ejecutó casi todas sus escenas peligrosas sin ayuda de un doble de acción, porque estaba entrenado en en artes marciales mixtas, kickboxing, taekwondo, jiu-jitsu y era un cafre del volante gracias a su abuelo Billy The Irish Walker, expugilista y poseedor de un taller para coches de carrera de la marca Ford. También tuvo más de 30 modelitos impresionantes y un equipo de carreras junto Roger Rodas, el hombre que provocó el accidente donde ambos murieron al estrellar contra un árbol el Porsche Carrera GT.
“Recuerdo que en la quinta película estaba asustada porque tenía que saltar de un techo en Puerto Rico, entonces le dije a Justin que usara a mi doble; Paul volteó y me dijo, ‘tranquila, te tengo. No estés nerviosa. Va a ser emocionante’. Fue demasiado dulce conmigo”, contó la actriz a Entertainment Weekly. El saldo fue favorable, bueno, casi, porque sufrió un corte en la mano y requirió sutura, pero lo bailada ya nadie se lo quita. En la vida real, Jordana recién sufrió una infracción por manejar a exceso velocidad, o sea que lo Toretto le aflora en destellos de su día a día.
Walker llevó la acción a otro nivel en Hollywood, de seguir vivo sería un hombre de retos como los antiguos ídolos y artemarcialistas noventeros. Su padre, Paul William Walker III, también fue boxeador y ganó dos veces los Guantes de Oro, la máxima presea en el encordado amateur. Entre el papá y el abuelo criaron a un hombre intrépido y sin miedo, que en 1998 tomó la decisión de enfocar y preparar su carrera para prescindir de los stunts y todo gracias a su experiencia en la filmación de la película Juego de campeones.
“Ese año estuve rodeado de jugadores gigantes de futbol americano bien enteros y fuertes, todos lucían tan rudos y me decían, 'si vas a ser un tipo de acción, necesitas corpulencia'. Entonces comencé un programa de levantamiento de pesas y viajé a El Salvador para surfear, y vi que me volví lento, entonces mandé al diablo esa idea y empecé una vida dedica al deporte, pero manteniendo mi peso y cuerpo delgado", compartió para una revista dedicada, típicamente, al público masculino.
Su rutina empezaba con dos horas de jiu-jitsu brasileño, seguido de 60 minutos de de muay thai y largas sesiones de surf, su deporte favorito, y un poco de pesca. Tomaba su tiempo para comer y después iba con amigos a deslizarse por los cañones californianos en longboard o iba a algún autódromo con su Nissan Skyline a practicar arrancones y subir de cero a 60 km/h en tiempos récord de hasta 5.2 segundos, por estas habilidades al volante ejecutó la mayoría de sus carreras en la saga.
¿Se acuerdan de la disciplina favorita en la dinastía Walker? Paul, en su infancia, fue bien instruido por su papá para soltar correctamente jabs, uppers, ganchos; orquestar contragolpes y defenderse de los chicos malos. Uno de sus hobbies era pasar la tarde afinando potencia en el costal y desarrollando velocidad en la pera. Su linda sonrisa y rostro en cámara le eran una nimiedad a comparación de la posibilidad de hacer carrera como un actor extremo, disciplinado y heróico. La mentalidad ganadora justifica la conservarción de O'Conner en el presente de Rápidos y furiosos: “Él podía ser Brian todos los días", dijo Jordana a un medio nacional.
Y qué decir de Vin Diesel y las tantas anécdotas que vivió con él, incluida la de su visita a Ciudad de México para el estreno de la primera cinta de todas, Rápido y furioso. Dicho esto, seguro los tributos continuarán en las siguientes dos películas confirmadas de la franquicia, cuya novena parte ha recaudado más de 418 millones de dólares en taquilla mundial, recibiendo la fiel asistencia mexicana durante su primera semana en cartelera.