"Al final, todo va a estar bien. Y si no está bien es porque no es el final", con esta frase Manolo Caro culmina la historia de la familia De la Mora conformada por Paulina (Cecilia Suárez), Elena (Aislinn Derbez) y Julián (Dario Yazbek Bernal), quienes después de tres populares temporadas en Netflix están de regreso de la mano del realizador en La casa de las flores: La película. Expliquemos el final de la cinta.
Tras confirmar el desenlace definitivo de la historia en su formato original, esta película se dio a la tarea de responder aquellas preguntas que aún permanecían en el aire. Algunos ejemplos son: ¿Cuál fue el destino de Salomón Cohen (David Ostrosky)? ¿Quién es el nuevo propietario de la casa? ¿Quién es el misterioso personaje que salvó a Paulina justo en los momentos finales de la serie?
La película agrega nuevos rostros a la trama como el caso de Angélica María (Esperanza), Tessa Ia (Esperanza joven) y Andrea Chaparro (Inés). Desde los primeros instantes se muestra a las hermanas De la Mora cuando aún eran niñas, incluso una versión joven de Delia (Norma Angélica), personaje que cobró mayor relevancia en esta entrega. Es aquí donde se muestra una pequeña caja de metal que está escondida en un hueco en medio de la pared, este objeto será clave para el tejido dramático de Caro.
Poco después se revela el grave estado de salud de Delia mientras un doctor le recomienda que informe a su familia que los tratamientos previos no funcionaron y comenzarán con una fase agresiva. Pero al revisar su agenda, los números de Paulina, Elena y Julián sobresalen del resto. Aunque en un principio los dos hermanos menores se preguntan repetidamente sobre el paradero de su antigua nana (quien se volvió parte de su familia), se muestra que la primogénita es la única que conoce su condición médica.
Por otra parte, Elena descubre que Salomón ahora vive en la que era su casa, despertando curiosidad al no revelar quién es la misteriosa dueña con la que ahora comparte hogar. Y al igual que la temporada 3 de La casa de las flores, la película también brinca en dos líneas de tiempo para traer de vuelta las versiones jóvenes de algunos protagonistas interpretados por Isabel Burr (Virginia), Tiago Correa (Ernesto), Javier Jattin (Salomón) y Ximena Sariñana (Carmela).
De este modo su historia continúa y se revela el plan para vengar la muerte de Patricio (Christian Chávez) y desenmascarar de una vez por todas a Agustín Corcuera (Emilio Cuaik). Esta línea temporal tiene como evento principal la boda de Esperanza con Salomón, por lo que se creará una conexión entre momentos que unen el hilo narrativo. El diferenciador y planteamiento que da rumbo a la cinta es el sueño de Delia por recuperar un tesoro escondido, el cual comparte con Paulina y, aunque en un principio pensaba que era totalmente improbable, lo tomó como el último deseo de su cuidadora.
Es así como inicia un plan para infiltrarse en su antigua casa, por lo que pide ayuda a José María (Paco León), pero nunca revelando la verdadera razón a sus hermanos. El objetivo de este golpe era recuperar el supuesto anillo de la bisabuela que se quedó en la propiedad, por ello intentaron acercarse pacíficamente y de paso conocer al misterioso personaje, aunque esto no salió como lo esperaban.
El primer contacto con la nueva dueña se da justo en la entrada de la casa y es aquí cuando se revela que Esperanza compró la propiedad, aunque eso sí, siempre mantuvo lejos a la familia De la Mora, motivo adicional para querer infiltrarse en la casa. Justamente en esas fechas la recién llegada brindaría una fiesta que serviría como el escenario idóneo para conseguir la supuesta joya (Paulina seguía resguardando la verdad sobre Delia, quien argumentó que el tesoro también contenía pruebas definitivas para hundir a Agustín).
Es así como surge una misión al estilo de espías con ropa oscura, pelucas y nuevos pseudónimos, sin olvidar el sentido del humor que tanto ha caracterizado a la historia. Llegando el momento, Paulina les cuenta toda la verdad, lo que incluye el grave estado de salud por el que cruza Delia. Los últimos momentos de la película muestran a Paulina, Elena, Julián, Diego (Juan Pablo Medina) y Bruno (Luis de La Rosa) uniendo esfuerzos para cumplir la última petición de su nana y amiga de la familia.
Y con la ayuda extra de Inés (quien ahora es novia de Bruno), logran ganar tiempo suficiente para organizar su salida mientras José María les daba indicaciones remotas. A pesar de activar una alarma de seguridad, logran escapar de casa con el tesoro (caja de metal) y se la entregan a Delia, quien luce cada vez más exhausta. Dentro se encontraba un cassette VHS con parte del video original en el que Virgina obtuvo la confesión de Agustín, sin embargo, éste momento se pierde entre imágenes que fueron grabadas sobre la cinta.
Este es el momento más conmovedor de la cinta al mostrar a los hermanos De la Mora jugando en familia con sus padres y Delia. Mientras tanto frente a la pantalla seguían reunidos la mayoría de ellos, pero ahora como adultos y su nana a punto de perder la vida. Lo último que se muestra es al espíritu de Delia partir a una luz brillante que se encontraba dentro de la florería que en lo alto anuncia el nombre del negocio, mismo que comparte la serie y ahora la película: "La casa de las flores". Esto da paso a la frase final con la que Manolo Caro despide una de sus historias más exitosas en la pantalla chica: "Al final, todo va a estar bien. Y si no está bien es porque no es el final".