Ya les compartimos qué fue de Arne Cheyenne Johnson y su esposa en la vida real tras los sucesos del caso legal que sirvió como inspiración para El conjuro 3: El diablo me obligó a hacerlo, sin embargo, ahora es tiempo de abordar otro tema cuyos detalles fueron alterados u omitidos en varios pasajes de la cinta, pero que en la realidad eran un tanto más espeluznantes que en la ficción. Hablemos de lo que le ocurrió a David Glatzel (Julian Hilliard), el pequeño con el que comenzaron los sucesos paranormales que derivaron en un asesinato por supuesta posesión demoniaca.
¿QUÉ DEMONIO VEÍA DAVID GLATZEL EN REALIDAD?
Era 1980 cuando los miembros de la familia Glatzel compraron una casa en Connecticut, Estados Unidos. Para ese entonces, el pequeño David tenía 11 años y desde que fueron a escombrar su nuevo hogar, comenzaron a ocurrir los sucesos paranormales. De acuerdo con información de Creepy Catalog, el niño veía al espíritu de un anciano que estaba enojado. Aunque les hizo saber sobre esto a sus padres, ellos no le creyeron y pensaron que había inventado una mentira para evitar hacer sus quehaceres domésticos.
Obviamente esto no paró ahí, ya que David comentó que fue empujado físicamente por el mismo fantasma y que incluso le dijo al pequeño que si su familia se quedaba en el lugar les iba a causar daño, aunque esto no fue algo que sus padres tomaron en cuenta y finalmente se establecieron en la casa. Las apariciones siguieron y el pequeño mencionó que veía en ocasiones al espíritu convertido en una bestia demoníaca y hablaba latín. Pese a los casos omisos, los papás comenzaron a notar comportamientos extraños en su hijo, como convulsiones repentinas o daño físico notable, incluso recitaba pasajes de la biblia que evidentemente no conocía.
'El conjuro 3: El diablo me obligó a hacerlo’: 5 referencias al cine de terror“Un hombre de grandes ojos negros, rostro delgado con rasgos de animales, dientes afilados, orejas puntiagudas, cuernos y pezuñas”, es la descripción que dio Judy Glatzel (Charlene Amoia en la película), madre de David sobre el ente que atormentaba a este último. Obviamente ante todas estas señales había que hacer algo, así que los integrantes de la familia llamaron a la iglesia católica para que le practicaran un exorcismo al niño, pero la respuesta fue negativa. Esto abrió las puertas para la intervención de los Warren, a quienes acudieron como la segunda opción para investigar lo que ocurría.
'El conjuro 3': 10 fotos reales del caso de Arne Cheyenne JohnsonEd Warren (Patrick Wilson en la cinta) menciona que no era uno el espíritu que habitaba en David, sino 43, mientras que Lorraine (Vera Farmiga en la franquicia de terror) comentó que el niño comenzó a levitar, predecir el futuro y hasta ser golpeado por un ente invisible. Además, la investigación de Michael Chaves, director de El conjuro 3: El diablo me obligó a hacerlo lo llevó a descubrir que “la familia Glatzel se mudó a esa casa y el dueño anterior había dejado una cama allí. Había una mancha realmente extraña en la cama, y se cree que ese fue el origen de la posesión”.
¿DAVID GLATZEL ESTABA ENFERMO?
Como sabemos, los Warren han sido tachados de farsantes en diversas ocasiones y en el caso que se adaptó para El conjuro 3: El diablo me obligó a hacerlo no es la excepción. Carl Glatzel, hermano de David, mencionó que este último en realidad padecía una enfermedad mental cuando era pequeño, pero con el tiempo logró curarse. Esta situación habría sido aprovechada por los demonólogos, de acuerdo con sus palabras, quienes aprovecharon la oportunidad para sacar una ganancia económica al respecto.
Las cosas no se quedaron ahí, ya que, además de la existencia de una película basada en el caso titulada The Demon Murder Case (El caso del asesinato del demonio), producida por NBC en 1983, también hubo un libro llamado The Devil in Connecticut (El diablo en Connecticut), en el que Lorraine participó. Esto llevó a Carl a demandarla junto con la autora, Gerald Brittle, aunque el caso fue desestimado en 2006.
Fuera realidad o consecuencia de una enfermedad, el caso de David Glatzel se quedará en la memoria de los expedientes más famosos de los Warren y ahora quizá en un público más amplio con El conjuro 3: El diablo me obligó a hacerlo estrenada en cines.