El conjuro 3: El diablo me obligó a hacerlo se encargó de cerrar la popular trilogía que dio vida a múltiples spin-offs como Annabelle o La monja. En esta ocasión, fue Michael Chaves (La maldición de La Llorona) el responsable de llevar a la pantalla grande una historia basada en las investigaciones paranormales de Ed (Patrick Wilson) y Lorraine Warren (Vera Farmiga); específicamente el caso de Arne Cheyenne Johnson (Ruairi O'Connor), quien fue encontrado culpable por el delito de homicidio culposo incluso después de argumentar que había actuado de tal modo a causa de una posesión demoníaca.
El 24 de noviembre de 1981 se dictó sentencia a Cheyenne Johnson, por la que tendría que pasar al menos 10 años en prisión tras asesinar a su amigo y casero, Alan Bono, pero ¿qué sucedió con este hombre y su esposa Debbie Glatzel (Sarah Catherine Hook) después de este momento que muestra la película?
Arne fue puesto en libertad por buen comportamiento poco después de cumplir cinco años, además, la pareja se unió en matrimonio mientras estaba en prisión, esto puede leerse en los créditos de la producción. Fue el propio Michael Chaves quien confirmó que Debbie Glatzel perdió la vida a causa de cáncer poco antes del estreno mundial de esta cinta, así lo mencionó en entrevista con Digital Spy.
"Esta es la historia de Arne y también de su novia que se convirtió en su esposa, Debbie Glatzel. Ella estuvo presente durante el exorcismo, estuvo presente en el asesinato y testificó por él y le creyó. Se mantuvo firme y estuvieron casados el resto de su vida, de hecho acaba de fallecer de cáncer", dijo Chaves.
De acuerdo con el portal británico, Lorraine Warren dio la última pista del paradero de Cheyenne Johnson al asegurar que en 1986 estaba "listo para trabajar para un paisajista en la ciudad" y que volía "a casa a vivir en un muy buen ambiente familiar", después de estas palabras desapareció del ojo público y hasta el momento no se conocen más detalles de su vida privada.
Por otra parte, Lorraine Warren y Gerald Brittl publicaron su libro "El diablo de Connecticut" en 2006, hecho por el que Carl Glatzel se mencionó en contra argumentando que la historia es una "completa mentira" y que "los Warren inventaron una historia falsa sobre demonios en un intento de hacerse ricos y famosos a costa nuestra", de acuerdo con Radio Times.
El conjuro 3: El diablo me obligó a hacerlo sigue gozando de gran popularidad en México, según las cifras arrojadas al día de hoy por Canacine la cinta encabeza la taquilla nacional gracias a los más de tres millones de espectadores gustosos del género de terror que se han dado cita en las salas de cine.