El final de El Conjuro: El diablo me obligó a hacerlo nuevamente ve triunfar a Ed y Lorraine Warren, pero ¿a qué costo? La nueva entrega de universo cinematográfico del El conjuro por fin vio la luz y la puedes disfrutar desde ya en pantalla grande.
La continuación de la historia de los Warren probó su valentía al desafiar el molde con el que se había construido este universo; esta vez la aventura de los demonólogos no termina cuando se realiza el exorcismo, sino que llegarán hasta la corte para comprobar la existencia de lo paranormal. Si ya la viste y tienes algunas dudas sobre el desenlace, en esta nota las resolveremos todas.
La película termina con Ed (Patrick Wilson) destruyendo el altar de la sacerdotisa satánica (Eugenie Bondurant), quien le había prometido tres almas al diablo: una de un pequeño, una que se conseguiría con el suicidio de alguien y otra más que fuera un servidor de Dios. Como la sacerdotisa no pudo conseguir ni una, el diablo se aparece ante ella y los demonólogos para asesinarla y tomar su alma.
En El Conjuro: El diablo me obligó a hacerlo, Ed y Lorraine se suman a la defensa del caso de Arnie Cheyenne Johnson (Ruairi O'Connor), acusado de homicidio, para comprobar que el joven no era realmente él cuando asesinó a Bruno, sino que estaba bajo una posesión demoníaca.
Para lograr que no le den cadena perpetua a Arnie, Ed y Lorraine se dedican a repasar la historia de la familia Glatzel desde el primer momento en que David dio señales de posesión, descubriendo así que el demonio no se hizo presente por sí solo, sino que fue invocado por una secta satánica que dejó un poderoso tótem debajo de la casa.
Esto lleva a que los demonólogos rastreen pistas entre otros casos que tienen detalles de satanismo, lo que, eventualmente, los encamina al caso de dos mejores amigas que vivían cerca de los Glatzel; una de ellas fue asesinada y la otra permanece desaparecida. Con tal de que la policía les permita analizar el expediente del caso, los Warren acuerdan encontrar a la chica desaparecida. Poco tiempo después encontrarla, concuerdan que quien ha maldecido a esas chicas también es responsable de maldecir a la familia Glatzel.
Aunque los demonólogos destruyen en altar que se encontraba debajo de la casa del sacerdote Kastner, y que pertenecía a la hija que tuvo en secreto con una mujer que no se menciona, al final no consiguen demostrar la inocencia de Arnie, pero sí evitan que le den cadena perpetua. Mientras que Ed y Lorraine, regresan a casa para encontrarse con que Ed ha recreado el kiosko en el que él y la espiritista se besaron por primera vez.
EL FUTURO DE 'EL CONJURO'
Los tiempos avanzan rápido, y luego de una ausencia de contenido en pantalla grande, el público está ansioso por regresar a las salas de cine para experimentar nuevas historias. Los Warren ya se hicieron de un lugar predilecto en el género de horror comercial y no nos sorprendería que decidieran extender su universo.
'El conjuro 3': Lo bueno y lo malo de la película de terrorAunque aún no hay ningún comunicado oficial, Ed y Lorraine Warren atendieron varios casos sobre posesiones demoníacas o apariciones paranormales, muchos de ellos podrían convertirse en potenciales guiones cinematográficos.
Por ejemplo, aún queda pendiente la historia del Cementerio Unión, en el que Ed aseguró haber visto el fastasma de La mujer de blanco e, incluso, dijo haberla capturado en pantalla. El demonólogo escribió un libro sobre ese encuentro. Otro caso de los Warren que nos gustaría ver en pantalla grande (de preferencia en IMAX) es el de la familia Smulr en Pennsylvania. Según los demonólogos, la casa de la familia estaba habitada por cuatro distintos demonios que, además, habían atacado sexualmente a los dueños del hogar.
Si bien El Conjuro: El diablo me obligó a hacerlo no tiene escena post-créditos que nos pueda augurar una futura expansión del universo, las historias reales de los Warren podrían seguir funcionando para que James Wan y compañía satisfagan a la amplia base de fanáticos que se han hecho con el tiempo.
