La carpeta real de casos resueltos por Ed y Lorraine Warren, resguardada por su hija Judy en la Sociedad de Investigaciones Psíquicas de Nueva Inglaterra, organismo creado por su padre en 1952, nutre el horror de la saga de El conjuro y sus respectivos spin-offs, La Monja y Annabelle. En El conjuro 3: El diablo me obligó a hacerlo mezclaron la demonología con el instinto policíaco para llegar al fondo del crimen perpetuado por Arne Johnson en 1981, quien juró ser conducido por fuerzas malignas y sobrenaturales para llevar a cabo su crimen.
Los Warren, interpretados en el cine por Patrick Wilson y Vera Farmiga, se involucraron en más de 100 sucesos, recolectando evidencias, reliquias, artefactos sobrenaturales y testimonios que prueban la presencia del demonio entre la raza humana, todas exhibidas y bien selladas en el Museo del Ocultismo. Te contamos qué otras adversidades encontraron durante sus más de 30 años de servicio contra los ejércitos paranormales, además de los ya vistos y representados Amityville, el poltergeist de Enfield y la familia Perron.
1. EL HOMBRE LOBO
En 1952, Bill Ramsey fue atrapado por un dolor en el pecho, respiración agitada, náuseas y un trance profundo. Estos síntomas lo persiguieron el resto de sus días, hasta que en 1967 se levantó una noche y en su alucine pintó una bestia en la pared de su recámara. La manifestación se agravó 16 años después, cuando aulló al interior de su automóvil y trató de morder la pierna del copiloto. Durante su revisión en el hospital clavó sus dientes el brazo de una enfermera y su comportamiento se volvió inexplicable.
Los Warren entraron en acción en 1989 y lo convencieron de someterse a un exorcismo en la iglesia de Connecticut, que duró hora y media y permitió ver al demonio a través de la deformación de su cara y manos convertidas en garras. Ramsey no tuvo nuevos episodios tras la intervención de Ed y Lorraine, quienes documentaron todo en video y le dieron carpetazo bajo el nombre de El Hombre Lobo. La última aparición del británico fue en 1992.
'El conjuro 3': 10 cosas que no sabías del rodaje de la película de terror2. LOS SMURL
La familia Smurl vivió de 1983 a 1987 en una modesta casa de la calle Chase en West Pittston, Pennsylvania, donde fue acechada por demonios. Sus cosas desaparecían de la nada, hubo incendios en la cocina, la abuela paterna sufrió un infarto, el perro fue azotado contra la pared y Jack Smurl, esposo de Janet y padre de dos hijas, dijo ser violado por una presencia mientras veía un partido de béisbol. Lorraine encontró a unos inusuales roomies en forma de espíritus: una anciana, una chica violenta, un hombre fallecido en el sitio hace mucho tiempo y un demonio intentando expulsarlos de su techo.
3. LOS SNEDEKER
Los Snedeker se mudaron en 1986 a una casa en Southington, Connecticut, cuyo sótano guardaba objetos mortuarios, ataúdes, placas de identidad y drenadores de sangre. Pronto, el hijo mayor tuvo cambios de comportamiento muy violentos y ajenos a la enfermedad de Hodgkins que padecía. Los Warren entraron en acción y descubrieron un ejercito de espíritus atrapados por el pasado funerario del inmueble. Este caso fue retomado en un documental de Discovery Channel y por el cineasta Peter Cornwell en la película The Haunting of Connecticut.
4. CEMENTERIOS UNION Y STEPNEY
El panteón Easton, en Connecticut, alberga más 600 tumbas, algunas datan de los años 1600, pero la presencia mayor es la de la Mujer Blanca, una chica de 25 años fallecida durante labor de parto. Sólo los Warren pudieron verla y lo registraron en video. La historia completa se puede leer en el libro Graveyard, al igual que el origen de los sombríos ojos rojos, parte visible del alma en pena de Earle Kellog, inmolado en 1935. El cementerio es popular entre los caza fantasmas y vloggers. A unas millas muy cerca está el panteón de Stepney, lugar de la capilla de Nuestra Señora del Rosario, atendida por el obispo Robert McKenna, aliado de la pareja durante varios exorcismos.
5. RECTORÍA BORLEY
Además del caso del poltergeist de Enfield, los Warren viajaron a Inglaterra para adentrarse al templo y casa Borley, construido en 1862, donde su colega Harry Price detectó anomalías espirituales en 1929. Al husmear por la edificación, la pareja contó que el órgano se tocaba sin nadie en sus teclas, había un coro fantasmal y el huésped principal era una monja, ejecutada en el siglo 14 por sostener un amorío con un monje, también celador del sitio. De aquí viene la inspiración para La monja, cuya secuela está en producción.