Con el estreno de Cruella no podían faltar los icónicos dálmatas, la raza de perros que por excelencia y prácticamente en automático asociamos con la villana, no por nada la cinta en la que debutó se tituló 101 dálmatas. Sin embargo, como se pudo notar a lo largo de la película, en varias de las escenas con caninos recurrieron al uso de la tecnología para insertarlos a través de la animación por computadora, principalmente por la dificultad que representa lograr que un canino real haga ciertas cosas requeridas por la historia.
En Cruella sí había perros de verdad, pero el director de la cinta, Craig Gillespie (Yo, Tonya), reveló que en gran medida los crearon por computadora para facilitar el trabajo, ya que las tomas no siempre resultaban las ideales con los animalitos reales frente a cámara: “Teníamos a todos los perros en el set todo el tiempo y siempre intentaba grabar a perros reales primero; a veces funcionaba y habíamos terminado, pero la mayoría de las veces, dentro de cada escena, la mitad son perros reales y la mitad es por computadora. Son tan buenos con los efectos que ni siquiera puedo notar la diferencia”, comentó el cineasta a The Wrap.
Justo los icónicos dálmatas no podían faltar en Cruella dada su conexión directa con el personaje, pero eran los más complicados para trabajar, ya que son muy pacíficos y el guion exigía algunas secuencias agresivas con ellos: “Los dálmatas no son buenos para pelear”, comentó Gillespie: “Son muy asustadizos en sus personalidades y luego pones a tres de ellos juntos en una escena y es casi imposible que se queden quietos y presten atención. Tienes seis entrenadores gritando cosas entre líneas. Por lo general, serían los primeros en irse. Hacíamos una toma y media y yo decía: 'Tienes que deshacerte de los dálmatas'”.
Pese a lo anterior, había un canino consentido y se trataba de uno de los más pequeños, aquel que Jasper (Joel Fry) y especialmente Horace (Paul Walter Hauser) llamaban Wink, su fiel acompañante que los ayudaba a cometer sus atracos y justo por esta razón al canino lo vistieron como una rata para distraer a los vigilantes en la mansión de La Baronesa (Emma Thompson) y obedeció prácticamente todo lo que le dijeron. Su nombre real es Bluebell y el director menciona que cuando le decían que se hiciera el muerto acataba la orden de inmediato.
Es así como la combinación entre efectos especiales y perros de verdad se dio en Cruella para que el ingrediente canino no faltara. Justo esta mezcla hace que en muchas ocasiones sea difícil distinguir entre los reales y los animados, aunque también se debe en parte al trabajo que hicieron los expertos en efectos visuales: MPC, empresa que también se encargó de crear a los animales hiperrealistas del remake de El rey león.
Cruella está disponible en cartelera de cines en México y también en Disney+ a través de Premier Access, es decir tiene un costo extra a la suscripción.