La arquitectura de Cruella ha sido dirigida hacia terrenos góticos, un concepto algo distorsionado y superficial para referirse a los distintos escenarios. Inglaterra fue una nación industrializada y repleta de fábricas, sus estructuras estaban formadas por ladrillo y piedra, y con la llegada de la siguiente década vino la modernización y dejaron muchos edificios en la ruina. Esto no tiene nada que ver con un ambiente gótico, por eso Robert Smith, de The Cure, se enoja cuando todo lo sombrío lo atribuyen a esta corriente.
Jon Savage describe un Reino Unido fúnebre en 1978, sobre todo la ciudad de Manchester, cuya escenificación recuerda muy bien a las calles vistas en Cruella (aunque la trama transcurre en Londres). “Era increíblemente lúgubre. En algunas zonas, esa desolación sobrevive hasta el día de hoy, incluso después del boom de los proyectos de reurbanización”, cuenta. Reynolds aporta su visión diciendo que los ladrillos se tragan la poca luz del cielo y en los suburbios prevalecen residuos de lo que fueron algodoneras e industrias. Es imposible saber si el sol brilla porque todo transcurre bajo nubes y noche.
¿Recuerdan la escena donde Emma Stone va en la motocicleta a contar a su madre adoptiva el secreto recién descubierto? El estropajo que lleva por cabello, con mechones sueltos de un lado y tejido en forma de telaraña; el delineador y labial corridos forman parte de las apariencias de personas o bandas bastante reconocidas, como Robert Smith, Siouxsie Sioux y Bauhaus. Una búsqueda rápida por Google, o si han ido a sus conciertos, visto videos, o simplemente son fans de toda esa música, sabrán a lo que nos referimos. Un melómano siempre encuentra estos easter-eggs en cualquier manifestación de sus géneros.
'Cruella': ¿Por qué casi no hay dálmatas reales en la película de Disney?Muchas de estas apariencias sombrías respondieron al estado anímico de los artistas, tal cual le sucede a Cruella en su trastorno de identidad disruptiva, una condición que brota para evitar un episodio traumático en su vida. La intermitencia en la condición mental fue tomado como un singular elemento de creatividad. Victima de su depresión y epilepsia, Ian Curtis, vocalista de Joy Division (cuya vida pueden ver en el famoso filme Control, de Anton Corbijn), vivió con bipolaridad y un trastorno obsesivo, sus colaterales fueron canciones memorables, que, juntas, tejen el terror que vivió durante 23 años. Cruella hizo sus más grandes creaciones al límite de su personalidad. Incluso, enterró a Estella.
El contexto histórico de un movimiento se ha robado parte de la atención de un largometraje producido por una controversial compañía, verlo no hace daño, al contrario, genera interés en la nueva generación por descubrir la basta historia y la riqueza detrás de un grupo de chicos inconformes con su realidad. Atreverse a ir contracorriente jamás va a ser malo. Ah, y mencionando un par de easter-eggs antes de cerrar: el cabello rojo de Horace (Paul Walter Hauser) es Johnny Rotten en su juventud y el saco militar de Cruella parece venir de la famosa chaqueta de Freddie Mercury, también mostrada en Bohemian Rhapsody.