DUDAS SIN RESPONDER
En Roberto Baggio: El divino de Netflix fueron excluidos varios pasajes importantes. Los saltos en el tiempo, cada mundial, dejan una sensación agridulce conforme transcurre el filme, saltan dudas sobre el qué pasó en su tiempo con la Fiorentina: ¿jugó?, ¿ganó algo importante?; ¿por qué fue vendido a la Juventus contra su voluntad?, ¿qué hizo para ser condecorado con el preciado Balón de Oro que presume en una parte del relato?, ¿dirigió?, entre otras incógnitas desdeñadas del guion y que, quizá, ameritaban algún tipo de mención para contextualizar lo vivido por el exjugador.
Para los contemporáneos de Baggio puede ser fácil responder estas interrogantes, pero la nueva generación de fans necesitará recurrir a Google para completar los huecos en el arco. Es cierto que una adaptación necesita ser delimitada, pero al tratarse de un ídolo global como Roberto Baggio puede que el lujo de alargar la película o hacer dos partes hubiera sido en absoluto molesto, sobre todo para no dejar esa sensación de vacío.
Ah, ¿y qué está haciendo ahora? Como la cinta no lo dice, se alejó del futbol y vive tranquilamente con su familia en la Altavilla Vicentina, ahí tiene su finca donde maneja tractores, hace jardinería y botánica, según contó a La Repubblica hace dos semanas. Los créditos finales carecen de datos que son necesarios precisar: se retiró con 205 goles de la Serie A, hizo 27 goles en 56 cotejos con la camiseta azzurra y la camiseta 10 fue retirada de las filas del Brescia, club militante de la Serie B.
EXCESIVO DRAMATISMO
Las películas deportivas tienen esa maña o cliché de mostrar las escenas de lesiones con un dramatismo apocalíptico innecesario, y Roberto Baggio: El divino no es la excepción. La primera lesión, muy dolorosa, es dramatizada de forma exagerada y sentimental: la cursi música de tristeza y el precario manejo de la escena en la vemos la ruptura de ligamento cruzado en la rodilla derecha del futbolista, está, por decir lo menos, mal actuada, además de que el sonido en la secuencia indicaría que se ha roto un hueso y no un ligamento.
'Campeones' y otras películas sobre el fútbol y la pasiónLa musiquita para evocar tragedia no parece empatar con el júbilo del resto del score y la banda sonora, es cien por ciento más cómodo remitirse a la década de los noventa con 1979, de los Smashing Pumpkins; y Supersonic, de Oasis, que tener el clásico lamento instrumental usado en la mayoría de las películas biográficas. Además, según la adaptación, Baggio gustaba de ir a las disquerías independientes y era fan de la música de The Eagles.
En resumen, Roberto Baggio: El divino vale mucho la pena para todos los fanáticos del italiano y el futbol moderno, pues es innegable la influencia que ha marcado para los fenómenos posteriores a su época, hablando de Alessandro del Piero, Lionel Messi y Cristiano Ronaldo. No es una obra de arte, pero humaniza y explica perfectamente por qué Roby jamás bajó los brazos, nunca dejó de luchar y eso lo convirtió en el máximo ídolo del pueblo italiano, un reconocimiento más importante para un hombre espiritual y que jamás ganó la Copa del Mundo.