Nunca es sencillo aceptar la cancelación de una serie con la que habíamos conectado por distintas razones, quizá su carismático reparto o tal vez su entretenida y adictiva historia, cualquiera que haya sido tu relación con El mundo oculto de Sabrina terminó abruptamente con la temporada 4, misma que presentó los ocho terrores arcanos liberados por Faustus Blackwood (Richard Coyle), mismos que Sabrina (Kiernan Shipka), el resto de la familia Spellman, el aquelarre de Hécate y sus amigos de la secundaria Baxter, tuvieron que hacer frente.
No cabe duda que la última entrega de episodios tuvo un refrescante giro dramático en comparación con la temporada 3 al apostar por una trama más oscura relacionada a seres demoníacos, entidades cósmicas y situaciones que ni el propio Lucifer Morningstar (Luke Cook) podría enfrentar por sí solo; esto trajo mayores retos a la propia Sabrina, quien demostró una vez más que su alma desinteresada sólo veía por el bienestar de sus seres amados.
Los primeros terrores arcanos: Profunda oscuridad, El intruso, El extraño, La perversidad, El cósmico y Los muertos resucitados a través de Lázaro; fungieron como una entretenida ancla que nos mantuvo atentos en cada segundo de la temporada 4, pero no fue hasta El infinito que las cosas tomaron seriedad al plantear una realidad cíclica mientras el creador de la serie, Roberto Aguirre-Sacasa, tomaba este planteamiento para hacer una divertida crítica a la industria televisiva de Estados Unidos con situaciones bizarras respecto a las jornadas laborales y poderes absurdos que tienen algunos creativos.
Esto dio paso a la presentación de El abismo, aquella entidad cósmica que no vive ni muere, simplemente está presente en todas las realidades y su fin es devorar todo a su paso, simboliza el fin del todo. Esto mismo lo entendió de inmediato Sabrina Spellman, quien vio morir a su gemela Morningstar en brazos al huir de esta amenaza apocalíptica.
Su nobleza y alma desinteresada la llevaron a luchar su última batalla y con la caja de Pandora intentó destruir al abismo desde sus entrañas, incluso podemos ver una de las escenas más desconcertantes de toda la serie mientras Sabrina se encuentra en un sitio bañado de blanco infinito, mientras se abría paso entre todos los planetas devorados por el fin de los tiempos. Si no hubiera sido por el conjuro de regresión de alma hecho por Ambrose (Chance Perdomo), Zelda (Miranda Otto), Hilda (Lucy Davis) y Nicholas (Gavin Leatherwood), hubiera terminado con su peligrosa misión.
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