Mariano es el nombre del protagonista de Ok, está bien…, comedia mexicana en blanco y negro protagonizada brutalmente por el comediante y standupero Roberto Andrade o mejor conocido como “Tío Rober”. En ella, el personaje principal está por cumplir 30 años y lleva seis años de haber salido de la carrera de cine. Su rutina es ver tres películas diarias, mientras su cariñosa madre le cumple hasta el más mínimo de sus antojos.
Su comportamiento cambia radicalmente cuando su primo Ramiro (Ángel Alvarado) de 15 años, llega a vivir a su casa. Una competencia sin sentido crece en la cabeza de Mariano y toma otros vuelos cuando Ramiro le presente a Mariali (Isabella Argudín), su novia de 14 años asidua al cine. Esta es la premisa de la ópera prima de la cineasta Gabriela Ivette Sandoval, prometedora directora que apuesta por un cine diferente que no llega al mainstream y coquetea con el cine de autor.
La película fue rodada durante 21 días en 2017 y ahora llega a la edición 35.2 del Festival Internacional de Cine de Guadalajara y compite por el Premio Mezcal. El viaje de la cinta ha estado lleno de tropiezos, particularmente por no obtener los fondos suficientes para la postproducción y porque, a pesar de no haberse estrenado en cartelera comercial, ya cuenta con detractores, incomodados por la crítica del largometraje al cine mexicano y por el retrato tan real y sórdido del protagonista.
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Roberto Andrade, quien escribió el guion de Ok, está bien…, asistió, al igual que Gabriela, al FICG: “La cinta estuvo en el Work in Progress del Festival de Guadalajara en 2018 y a pesar de no encontrarse terminada, tuvo buena recepción por parte de los críticos”, reveló la directora a SensaCine México: “El corte de aquel momento al de ahorita es prácticamente el mismo, sólo faltaban detalles, como los derechos de dos canciones que suenan en la cinta, los cuales resultaron ser bastante costosos”.
La historia ubicada en Tlatelolco tiene una serie de referencias cinematográficas que cualquier amante del séptimo arte logrará ubicar y disfrutar. El libreto nació en la mente de Roberto cuando, antes de lanzarse el universo del standup, se encontró en la misma situación que Mariano: “Nació a partir de mi propia persona y de una crisis de escritura al salir de la carrera de cine”, comparte Roberto: “Recibía muchos halagos por mi manera de escribir y me hicieron daño; eso hizo que durante años no pudiera escribir y fue lo más personal y honesto escribir sobre algo que me estaba pasando”.
La unión con Gabriela se dio sin problemas, ya que ambos se conocían y querían sacar el proyecto adelante como fuera posible. El trayecto no fue el esperado, pero el resultado de la cinta, a pesar de ser un tanto torcido en su temática, es realmente bueno: “Yo la quería dirigir e hicimos muy buena mancuerna, tenemos una sensibilidad muy parecida”, recalca Gabriela.
La directora rinde un personal y sentido homenaje a Manhattan de Woody Allen y un guiño un tanto perturbador a Annie Hall del mismo cineasta, no por nada está filmada en blanco y negro. Esta fue decisión desde un inicio a pesar de que la gente les decía que esto iba a ir en contra de la aceptación de la película: “Es una película que conecta con el cine que tanto a mí como a Roberto nos gusta ver y hay un paralelismo con el cine de Allen, con la referencia a Manhattan, con la comedia americana en sí y con Clerks de Kevin Smith”, declara Gabriela Ivette Sandoval.
Los críticos que han visto la película han aclamado lo impecable de su guion y la visión cinematográfica de su directora, mientras que otros le han negado todo apoyo. Ambos esperan que con la participación de Ok, está bien… en el Festival Internacional de Cine de Guadalajara las posibilidades de una distribución nacional sean mayores. En su momento les pidieron que cambiaran el final y que le realizaran cortes, a lo cual ambos se negaron. Hoy, la comedia está lista para que el público y también los fans del “Tío Robert” la disfruten.
