La incansable lucha por la libertad de la sexualidad en México ha pasado por caminos empedrados a través de la historia, pero hubo un parteaguas en la Ciudad de México durante el gobierno del presidente Porfirio Díaz; es así como toma inspiración El baile de los 41, la nueva película de David Pablos (Las elegidas).
Era 1901 y el porfiriato regía nuestro país. En aquella época las divisiones socioeconómicas eran acompañadas de coloridas diferencias con elegantes prendas que separaban a las familias aristocráticas del resto. La historia recuerda aquel domingo por la noche del 18 de noviembre en la casa con el número cuatro en su exterior; en aquellos tiempos ubicada en la Calle de la Paz, pero hoy día puede reconocerla como Ezequiel Montes, perteneciente a la colonia Tabacalera.
Fue una redada policial que tomó por sorpresa una fiesta privada en la que se encontraban 42 hombres aristócratas (de familias con grandes recursos y estatus); de los cuales, de acuerdo con los informes y crónicas de aquellos tiempos, 19 llevaban puestos vestidos largos y bailaban unos con otros; una verdadera fiesta, pero que a través de la prejuiciosa sociedad de principios del siglo XIX en nuestro país, fue un auténtico escándalo indeseable sobre hombres homosexuales.
'El baile de los 41': ¿Cómo se prepararon el elenco y director para esta película?
Si la noticia ya era lo bastante polémica, este caso tomó mayor relevancia tras darse a conocer entre voces que Ignacio de la Torre (Alfonso Herrera en la película), yerno del entonces presidente Porfirio Díaz (Fernando Becerril en la cinta), al estar casado con la hija mayor: Amada Díaz (Mabel Cadena en el filme), era uno de los 42. Por supuesto como movida política, el máximo gobernante de México buscó ocultar este hecho al ojo público, pues un escándalo de esta índole no era bueno para su familia, aunque no pudo hacerlo.
El escritor mexicano, Carlos Monsiváis redactó una crónica para Letras Libres, en la que explicó cómo Díaz intentó sacar el nombre de Ignacio de la Torre de los registros del evento que se conoció popularmente como “El baile de los 41”, aunque en realidad eran 42.
El que desaparece de la lista, compra su libertad a precio de oro y huye por las azoteas, es don Ignacio de la Torre, casado con la hija de Porfirio Díaz [...] Más que ningún otro hecho, lo que distingue a la redada es la presencia, certificada por el chisme masivo, del Primer Yerno de la Nación.
Los 41 hombres capturados por la policía fueron obligados al día siguiente a barrer las calles vestidos de mujer, después fueron enviados a la prisión Belén en Yucatán, sin embargo, los rumores sobre la compra del silencio aumentaron ya que se decía que no todos recibieron estos castigos. El propio Monsiváis lo dijo de la siguiente forma. "En el envío de los homosexuales a Yucatán, a pagar con trabajos forzados su crimen, el número disminuye considerablemente. Son apenas 19. Sin temor de calumniar la honradez proverbial del aparato de justicia en el México de 1901, es seguro que 22 o 23 víctimas de la redada compraron su libertad".
'El baile de los 41' tiene conflicto con la clasificación que le dieron en cines
Incluso Francisco Uriquizo, historiador y cronista de la Revolución Mexicana, profundizó en el simbolismo que el número 41 tiene después de este hecho histórico y cómo sigue marcado por la homofobia hasta nuestros días: "En México el número 41 no tiene ninguna validez y es ofensivo para los mexicanos. […] La influencia de esa tradición es tal que hasta en lo oficial se pasa por alto el número 41. No hay en el ejército División, Regimiento o Batallón que lleve el número 41. Llegan hasta el 40 y de allí se saltan hasta el 42.”
Es así como este hecho fue recordado como El baile de los 41 y en el que la cinta que estrenó en la pasada edición del Festival Internacional de Cine de Morelia tomó inspiración. También fue a partir de este acontecimiento que comenzó (al menos cobró relevancia) la lucha por la libertad de preferencias sexuales en la Ciudad de México.