Con el estreno de Nuevo orden, Michel Franco (Después de Lucía) ha demostrado maduración en sus relatos y también actualidad necesaria en cuanto a temas sociales, ya que la trama presenta un choque entre dos clases sociales que pelean por cosas materiales, así como por los militares que más callados que con ruido logran balancear a su favor una circunstancia que parecía unir a un sector de la gente, pero que eventualmente se ve disuelta, poniendo sobre la mesa una reflexión sobre la desigualdad social que se vive en nuestro país. Esto y más analizamos en nuestro final explicado de la película, una que ha levantado expectativa en la carrera rumbo al Oscar de la película mexicana que podría representar a nuestro país.
LA DISPUTA SOCIAL DE ‘NUEVO ORDEN’
La trama de Nuevo orden presenta a una familia adinerada que decide organizar la boda de la querida hija: Marianne (Naian González Norvind). El problema es que para ese entonces la situación social en la Ciudad de México está en crisis y muchas personas que no pertenecen a la clase alta se han levantado agresivamente para reclamar un pedazo del pastel. Justo por este motivo, el festejo nupcial se ve interrumpido abruptamente y la colisión entre clases se hace evidente, dejando una media hora inicial que cimbra al público, ya que, a pesar de ser una distopía, no parece algo muy surreal una situación del estilo.
Justo en medio de esta disputa, los militares son quienes sacan ventaja, ya que, con la excusa de tratar de mantener el orden en la población, comienzan a establecer toques de queda, a limitar el transito de las personas cuando les es permitido y, por ende, a dominar todo aspecto relacionado con la vialidad pública. Este poder autoimpuesto es el responsable de que veamos un final tan desolador, cruel e injusto.
'Nuevo orden': ¿Quién es quién en el reparto de la película de Michel Franco?Y es que Marian es llevada a casa de Cristian (Fernando Cuautle) para que un militar le quitara la vida e hiciera lo mismo con el chico para inculparlo, lo que indica que al final, quienes sacaron una verdadera ventaja del asunto fueron los militares. El General Oribe (Gustavo Sánchez Parra) al parecer también estaba involucrado en todo esto como uno de los orquestadores y, tras la acusación de Daniel (Diego Boneta) para aprehender a los empleados domésticos de la familia, toma ventaja de la situación para inculparlos, condenarlos y quedarse, junto con sus colegas, con el dinero que cobraron del rescate.
La poca palabra de los militares/secuestradores se confirma cuando a otro de los cautivos lo matan luego de darle la noticia de que su familia había pagado el rescate, por lo que el poder opresor inculpaba a los de clase media y baja de haber cometido actos criminales que obviamente no hicieron, pero que sí fueron responsabilidad de la supuesta fuerza que debía proteger a los ciudadanos.
Las 11 actrices y actores mexicanos que la romperán antes de que acabe el 2020Es así, como en realidad el Nuevo orden fue establecido por los militares y al final ellos toman las calles, a las personas y lo material, aprovechando el caos social, ya que al final vemos a muchas personas vestidas de café y que van a ser ahorcadas como autores de los secuestros y torturas, mientras la fuerza militar observa a lado de cierto sector pudiente como si se tratara de un espectáculo. Un panorama desolador en el que al final, sólo unos pocos tenían el control de la situación y que demuestra que ni todo el dinero del mundo puede cambiar la forma de pensar de unos cuantos.