“De lo que está en el guion yo le subí un poco el tono a la relación", acepta el director de Blanco de verano, Rodrigo Ruiz Patterson. "No era fácil armar una historia sobre un adolescente que tiene una relación bastante edípica con su madre recién divorciada". El realizador lo acepta plenamente y así lo asume como licencia artística: "Por eso es muy importante la edad del chico porque tal vez un poco más grande se hubiera sentido incorrecto, pero también el punto es quedarse en el límite", remata.
La película apoyada por FOPROCINE y filmada en un fraccionamiento cerca de Ecatepec, en Acapulco y en las avenidas de la Ciudad de México, lleva un recorrido victorioso en competencias internacionales y ahora busca lo propio en el Festival Internacional de Cine de Morelia. Su punto fuerte es una compleja historia que profundiza en una atípica relación madre-hijo, quienes se ven atrapados en una constante búsqueda por el amor y la atención plena.
Este coming of age presenta a Rodrigo (Adrián Rossi), un adolescente de 14 años que tiene una relación sumamente estrecha con Valeria (una estupenda Sophie Alexander-Katz), su madre, quien es su única familia. Pero el mundo del joven se desmorona cuando su madre lleva a Fernando (Fabián Corres) a pasar la noche para luego invitarlo a vivir con ellos en su pequeña casa a las afueras de la Ciudad de México. "Si la relación entre madre/hijo no fuera tan simbiótica no sería tan dramático el hecho que un personaje amenace con destruirla", remataría.
FICM 2020: 'Nomadland', 'Ammonite', 'El baile de los 41' y más estrenarán en el Festival de MoreliaLa madre y la novia
Es importante entonces conocer el punto de vista de la única mujer que impacta en esta historia. Desde el inicio, Sophie Alexander-Katz vio un reto en aquel guion que fue coescrito entre el director y Raúl Sebastian Quintanilla quienes se conocieron en el CCC. “Desde el inicio Rodrigo puso una estructura compleja donde no era fácil adivinar los impulsos primarios de este personaje", recuerda la actriz. "Es una mujer que debe lidiar con varias fuerzas que la jalan de distintos lados, por una parte ser mujer, por el otro ser madre y por el otro su miedo por tener una relación con un hombre; esto la vuelve fuera de lo común".
Desde un punto de vista, pareciera que aquella mujer tendría que sacrificar demasiado para continuar con su vida. Desde otro, el de ella, acepta que el quien sacrifica todo aquí es su hijo: "Esta mujer estaba entre dos hombres, pero en realidad ella se puso allí; no tendría porqué estarlo, su hijo no tendría porqué competir por un lugar emocional".
Esa dicotomía debio provocar que se llevara la Biznaga de Oro como Mejor guion y el de Mejor película iberoamericana en el pasado festival de Málaga. Y es que desde su participación en el Festival de Cine Sundance –donde hubo una notable participación mexicana– se convirtió en una de las grandes contendientes del año y ahora favorita para llevarse varias categorías de la Seleccion Oficial en competencia de la 18º Festival Internacional de Cine de Morelia. Patterson compitió apenas el año pasado con el documental Bad Hombres, pero llegar al evento michoacano con este calibre de ópera prima dará pie un buen debate en su estreno nacional.