En Fauna del cineasta mexicano-canadiense Nicolás Pereda nada es lo que parece, o más bien, en sentido estricto todo es justo lo que se quiere representar, pero la historia termina más rápido de lo que piensas para iniciar otra, que a su vez está ligada con la primera, ¿tiene sentido? Eso mismo pregunta su director, quien llega a la edición 2020 del Festival Internacional de Cine de Morelia para competir dentro de la selección oficial en la categoría de largometraje de ficción mexicano.
Fauna ya pasó por el Festival Internacional de Cine de Toronto, el New York Film Festival y Festival Internacional de Cine de San Sebastián; nada mal para una película que se filmó con menos de 15 personas a lo largo 10 días: “Es una película complicada de describir”, comienza el director a platicar a SensaCine México: “La primera parte habla sobre la familia y la fricción que hay entre ellos. La segunda parte es sobre la representación de la violencia en el cine o la televisión en México. Hay una subtrama donde hay un pueblo minero. Son dos películas en una”.
Todo inicia cuando Luisa (Luisa Pardo) y Gabino (Lázaro Gabino Rodríguez) van de visita con sus padres a un pueblo. La chica lleva a su novio Paco (Francisco Barreiro), quien es cuestionado por los papás, ya que es conocido por participar en la serie Narcos: México de Netflix, (¡de hecho Paco sí participó como Francisco Arellano Félix!). De pronto, Gabino empieza a contarle a Luisa la trama policiaca de una novela que está leyendo y todo empieza a cambiar.
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Pereda comparte de dónde nació la idea e inspiración para esta meta historia (una película dentro de otra): “Muchas de estas ideas surgieron de un libro que se llama Los cárteles no existen de un escritor mexicano llamado Osvaldo Zavala. Me interesaba la representación de la violencia en el entretenimiento y arte. La idea de que la mancuerna entre la sociedad civil y el Estado están en contra del narco es equivoca; el narco y el Estado son una sola. Esto lo intenté dejar en la película”.
A primera vista Fauna dura 70 minutos, lo interesante viene con la conversación después de verla, y las reflexiones, cuestionamientos e ideas que Nicolás Pereda suelta a lo largo de su metraje. Todo lo contado tiene un doble significado y, aunque pueda resultar confusa, las cosas encajan al final de la película. La referencia más notable es cuando Paco se encuentra en el bar y le piden que actúe una escena de su personaje en Narcos y termina haciendo una escena de Diego Luna ya que él no tuvo diálogos en la temporada pasada, ja. Esto no termina de romper el hielo con la familia de su novia, ya que no quedan para nada impresionados con lo mostrado.
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En El infierno curiosamente aparece Gabino Rodríguez, lo que significó para Pereda un detonante para que de cierta manera exista un diálogo entre ambas películas sin así pretenderlo: “El infierno es una película muy emblemática sobre la violencia en el cine y generó ciertas caricaturas del narco y me hizo pensar qué es lo que nos pasa por la cabeza cuando nos imaginamos esta violencia”, señaló Nicolás: “Nadie vive los arcos dramáticos que se viven en estas historias”.
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Pereda filmó Fauna con un equipo muy reducido y, aunque para él no es una crítica directa para quienes participan en este tipo de proyectos, sí deja claro lo que intentó plasmar en el filme: “Hasta dónde llega la necesidad del artista que se involucre en proyectos que reafirmen visualmente en el espectador las situaciones de violencia que vivimos en el país. La responsabilidad del actor para elegir. Es complicado y es una autocrítica”, finalizó el director que ganó el premio a Mejor largometraje mexicano en el FICM 2007 por ¿Dónde están sus historias?, además de que en otras ediciones ha presentado un cortometraje, un mediometraje y tres largometrajes más: Verano de Goliat, Los mejores temas y Los ausentes, por lo que ya es un viejo conocido del certamen fílmico.
Fauna puede ser el caballo negro de la competencia. No nos extrañe que esta onírica crítica a la narcocultura y la celebridad gane uno de los principales premios.
