La taquilla de Mulán, el live-action de Niki Caro (La casa de la esperanza) del clásico homónimo animado, no ha resultado un éxito como se esperaba. En China no tuvo un recibimiento cálido en taquilla y su recibimiento con el público ha sido para el olvido, incluso le ha ido mejor con la crítica. La realidad, es que sorprende la cantidad de problemas que ha tenido la producción, desde los innumerables boicots en redes sociales por declaraciones de su protagonista: Liu Yifei, su retraso inminente por la pandemia y ahora comentarios de una parte importante ejecutiva de Disney que devela que desde la filmación la película ha tenido eventos desafortunados.
Christine McCarthy, directora financiera de Disney, confesó a Bloomber News que haber filmado Mulán en Xinjiang, región autónoma de China “ha generado muchos problemas para nosotros”. La razón es que gran parte de la película se rodó en la región noroeste de este lugar, donde por lo menos un millón de miembros de la minoría étnica Uigir han sido ingresados en contra de su voluntad a campos forzados, sometidos a abortos, esterilizaciones, tortura y obligados a que adopten la manera de ser y pensar de la población Han de China.
Disney obtuvo la aprobación del gobierno chino para filmar en esa parte del país, pero estaban conscientes de lo que sucedía, por lo que ahora reconocen sus errores con la cinta, especialmente por el hecho de estrenar en cines este fin de semana. A esto hay que sumarle que en los créditos de la película hay un agradecimiento especial a este mismo gobierno como la Oficina de Seguridad Pública en Turpan, organismo involucrado en lo que ahora se denomina un genocidio cultural. McCarthy declaró: “Esto era parte de un esfuerzo por representar con precisión algunos de los paisajes únicos y la geografía del país para esta pieza de periodo histórico y es común reconocer en los créditos de una película a los gobiernos nacionales y locales que le permitieron filmar allí”.
'Mulán': El live-action de Disney enfrenta un nuevo boicot en redes socialesMulán, en la que participan Donnie Yen y Gong Li, también fue filmada en Nueva Zelanda, aunque en China se reporta que por lo menos se rodaron escenas en 20 lugares diferentes con el propósito de exponer paisajes únicos del país. A pesar la publicidad las autoridades de China prohibieron a los medios de comunicación escribir sobre la película, porque de lo contrario la atención terminaría de nuevo en lo que está ocurriendo en Xinjiang.
Tanto ha sido el escándalo, que Josh Hawley, senador de los Estados Unidos de Missouri, envió una carta a Bob Chapek, director ejecutivo de Disney por “encubrir el genocidio de aquella ciudad”. Vaya situación tan adversa para Mulán.