La conmovedora historia de Extraordinario llegó en 2017 de la mano de Stephen Chbosky (Las ventajas de ser invisible), la cual nos dio una perspectiva diferente sobre lo duro que puede ser la infancia, aún más si se padece el síndrome de Treacher Collins, el cual da rasgos característicos en el rostro de las personas que lo portan, justamente como Auggie Pullman (Jacob Tremblay), hecho destacable una vez que se considera el arduo labor detrás del proceso de maquillaje.
Esta tarea estuvo a cargo del holandés dos veces nominado al Oscar, Arjen Tuiten, quien ya había trabajado previamente en producciones de gran renombre como El laberinto del fauno, Guerra Mundial Z o Maléfica, pero que sin duda fue puesto a prueba en Extraordinario para dar en el punto justo entre la credibilidad médica y el asombro visual destinado a la pantalla grande. En entrevista con Los Angeles Times compartió su proceso de preparación.
“En el libro, su condición es más severa. Las personas con Treacher Collins tienen características muy distinguibles. Tienen orejas subdesarrolladas, paladar hendido, pómulos subdesarrollados, que hacen que los ojos se inclinen. Hablé con expertos en un hospital en Chicago que se especializa en el tratamiento de niños con esta afección.”
El proceso previo a cada día de rodaje contemplaba a Jacob Tremblay sentado durante hora y media mientras Tuiten y su equipo le colocaban un casco especial sobre el cual recaerían distintas capas de prostéticos, inclusive existía un pequeño mecanismo debajo del maquillaje dedicado a remarcar ciertos rasgos sobre los pómulos del personaje y que ayudaba a mantener los ojos caídos, esto era activado o desactivado según el tiempo y el cansancio de Tremblay.
Teníamos prótesis en la barbilla y la nariz, cejas y dientes falsos. La primera vez que la madre de Jacob lo vio con el maquillaje, se echó a llorar.
No cabe duda que el resultado obtenido después de hora por parte de Arjen Tuiten es sobresaliente, hecho que en su momento generó impacto positivo en familias con un miembro que parece el mismo síndrome: “una de las mejores partes del trabajo fue recibir comentarios de los padres que dijeron estar contentos porque contáramos sus historias. ¡También fue genial escuchar a los cirujanos decir que no se daban cuenta de que habíamos usado prótesis!”
Fue así como la cinta coprotagonizada por Julia Roberts y Owen Wilson se hizo de una notable aceptación dentro del marco clínico al representar idóneamente a todas aquellas personas que ven al síndrome de Treacher Collins como un modo de vida. Además es sorprendente saber que no se trató únicamente de trabajo prostético, también hubo ingenio mecánico detrás de las prótesis plásticas, ¿quién dijo que el maquillaje en una cinta es cosa sencilla?