'Aquí en la Tierra': Final explicado de la temporada 2 de la serie de Fox Premium

¡ALERTA, SPOILERS A CONTINUACIÓN!

Los abusos de poder, el olor a venganza y nuevamente la ambigüedad fueron las características de la temporada 2 de Aquí en la Tierra, serie creada por Gael García Bernal (Chicuarotes) y Kyzza Terrazas (Bayoneta). El trayecto hacia el octavo episodio (el final de la entrega) parecía un tanto impredecible, pero en realidad fue un tanto endeble, dejando caminos abiertos para casi todos los personajes y pavimentando el camino para más capítulos, ya que, aunque varios personajes salieron eliminados de la ecuación, solamente una de las piezas vitales de este thriller político cerró con un desafortunado y cruel desenlace. Los demás se quedaron en al aire.

Tras la muerte de Rufino Cruz (Guillermo Ríos), su hijo: Adán (Tenoch Huerta) y la esposa de este último: América (Yoshira Escárrega) parecen haber tenido una especie de reconciliación. Ella realmente no perdona la traición de él con Elisa (Paulina Dávila), pero su pasado y su hija es un gran motor para la mujer. América es un personaje sumamente fuerte y lo ha demostrado a lo largo de las dos temporadas. Muchos sentirán el papel como pequeño, pero analizándolo, es todo lo contrario. El entierro de Rufino se lleva a cabo y tanto Carlos (Alfonso Dosal) como Elisa llegan con su amigo a darle el pésame, dejando atrás los problemas que tuvieron la temporada pasada en esta especie de trio romántico.

En el funeral, América enfrenta a Elisa por la relación con Adán, pero ambas reaccionan fraternalmente. “¡No me gustan las telenovelas y hay cosas más importantes!” Le dice América a Elisa y no podemos estar más de acuerdo, ya que esto aplica en todo escenario de la vida real. Momentos después, el gobernador Mario Rocha (Daniel Giménez Cacho) llega con todo su equipo de campaña al entierro de Rufino, así como Helena (Ariadna Gil). Un aspecto interesante del personaje de Mario es su lealtad con Rufino, quien fuera su chofer por muchos años; era notable su cariño hacia él y fue con los pocos personajes con quien pudimos verlo vulnerable y compasivo, una faceta que ni con su propio hijastro o su esposa e hija ha tenido a lo largo de la serie. Una prueba más de que para Rocha la lealtad es primero.

Por otro lado, Adán le propone a Mario ser su mano derecha en su campaña para la presidencia, lo cual vuelve a mantener esta doble cara que ha tenido el personaje de Tenoch desde el principio, sirviéndole a los Rocha y también a los de la oposición. Mientras tanto, a Carlos las drogas y el alcohol lo están rebasando; su necesidad de vengarse por la muerte de su padre y obtener la claridad de que Mario fue el asesino le nublan el juicio. En pleno entierro, él le confiesa a Adán que la muerte de su padre, a pesar de haber sido un golpe en la cabeza, es culpa de Mario, ya que este sabía la verdad sobre la muerte de Orlando Calles (Luis Gnecco) y nunca dijo nada para no preocuparlo.

Con Adán y Jazmín (Dolores Heredia) dentro de la campaña de Mario, parecería que todos los que estaban en contra de Mario ahora están con él, lo que augura planes personales que no descubriremos hasta una posible tercera temporada. Pía (Natasha Dupeyrón) firma finalmente la demanda contra Elizondo y Hurtado por violación. Rápidamente el expresidente los agresores son arrestados. Un cansado Carlos le confiesa a Pía que Mario mató a Orlando Calles, ella en un arranque de locura agarra una pistola y le intenta disparar a Helena y a Mario, diciendo que es un asesino, incluso intenta suicidarse, pero no lo logra.

Helena enfrenta a Mario respecto a si él fue el asesino y este lo niega. La situación hace que Mario comience a pensar en ponerle un alto a Carlos, lo cual logra a través de Julia (Sofía Sisniega), quien después de haber sido secuestrada por El pájaro (García Bernal) y amenazada, parece ponerse del lado de este y le inyecta una droga a Carlos a propósito que lo vuelve loco. Contrario a los deseos de la acción, Carlos inmediatamente va con Elisa a un centro de adicciones a internarse para desintoxicarse, no sin antes confirmarle sus sospechas sobre que Mario es el asesino de Calles. Esto de pronto parece ser una sorpresa cuando Mario es el asesino más transparente que hemos visto en seriados en los últimos años, pero OK.

En los últimos minutos del episodio vemos a Pía tomarse una foto y colgarse en su cuarto, para así terminar con su vida. Al mismo tiempo, en un arranque de gritos y desesperación, Elisa tira todo en su departamento y abre los ojos por fin respecto a que su padre es el asesino. Por otro lado, el frente de San Marcos vuelve a reunir gente para defender su tierra e ir en contra del aeropuerto que Rocha planea construir. Finalmente vemos a una enfermera despertando a Carlos a mitad de la noche y le pide que lo acompañe a un cuarto. Ahí se encuentra a Mario, quien le dice que va a perder porque sabe lo que ha estado haciendo y lo que piensa. Le dice que no es un asesino, que no fue su intención y que no quería hacerlo, y el crimen se va confesando finalmente. Carlos queda absorto de la confesión y entonces todo se va a negros.

De El pájaro no se supo nada más y sigue permaneciendo como un personaje de mucho poder, pero sumamente ambiguo. Respecto a la confesión del asesino, ahora que la investigación volvió a abrirse le pondrá muchas trabas a Rocha para llegar a la presidencia, pero claramente esto tardó mucho en llegar. La dinámica familiar rota y el escándalo que significará el suicidio de Pía para la familia y los medios deberán ser los puntos para desarrollarse en la tercera temporada que por ahora no ha sido aprobada. Aquí en la Tierra es una buena serie con brillantes actores (los mejores del país), pero que sin duda requiere que le pisen un poco más al acelerador, porque se vuelve reiterativa en más de una ocasión.