Actualmente vivimos en un mundo diferente; nos hemos adaptado a una nueva realidad y con ello un replanteamiento del amor y las relaciones humanas. Por esta razón viene como anillo al dedo el estreno de Normal People en México a través de Starzplay, serie protagonizada por Daisy Edgar-Jones y Paul Mescal, a su vez adaptada del best-seller de Sally Rooney, sobre una historia romántica alejada de clichés cinematográficos que apuesta por sacudirnos emocionalmente debido a las situaciones apegadas a la realidad que viven sus personajes. Imposible no sentirse identificado o recordar algún viejo amor.
Por estas razones tuvimos una charla con los protagonistas a través de una video llamada (nueva realidad), quienes nos platicaron sobre el verdadero significado de vida que transmite la serie y los retos actorales que hubo detrás de Marianne y Connell; Daisy Edgar-Jones fue la primera en profundizar en estos temas: “Es una historia muy compleja sobre ser humano hoy día. Lo que se me hace maravilloso es que es una historia de gente joven, pero no trivializa esos sentimientos de cuando eres joven. Cuando te rompen el corazón por primera vez, es un sentimiento muy feo y sientes muchas de estas cosas cuando vas creciendo”.
Es un retrato muy honesto de lo que es crecer y de lo que se siente estar en una relación con alguien.
Una vez que hablamos de un best-seller debemos tener en mente que miles de personas conocen la historia y entienden a sus personajes, por ello el rigor detrás de una adaptación aumenta considerablemente ya que existen ciertas expectativas con las que se deben cumplir para retratar lo mejor posible la esencia del libro (como en su momento fue el caso de Harry Potter o Los juegos del hambre). Sobre esto mismo Paul Mescal nos dio su perspectiva del cómo vivió el rodaje de Normal People y lo más interesante: cómo se sintió al darle vida a un personaje proveniente de una obra literaria que gozó de enorme éxito.
'Normal People': De qué trata, fecha de estreno en México y más sobre la serie de StarzPlay“Interpretar a alguien que por fuera parece muy masculino, pero es mucho más complejo por dentro. Es algo interesante y retador porque creo hay muchas personas como él en el mundo. No hay nadie que cumpla con el estereotipo tal cual. Me siento muy afortunado de interpretar a alguien con tantas facetas…”
Creo que cuando hay tantas personas que conectaron con los personajes y tienes la responsabilidad de interpretarlos, definitivamente añade presión.
Por otra parte, Daisy Edgar-Jones (a quien vimos en Gentleman Jack y en La guerra de los mundos) tuvo que recurrir constantemente al libro de Sally Rooney para lograr mantener la esencia de su personaje, esto por su constante evolución y por los complicados ritmos de producción que la llevaron a rodar escenas de forma irregular, lo que se traducía en un reto por mantener la conexión entre personajes y cómo debían sentirse de acuerdo a los cambiantes momentos en la historia.
'Vida': Una serie muy mexicana que habla de los inmigrantes en Estados Unidos“Fue difícil porque creo que Marianne crece mucho durante esos cuatro años y no grabamos en orden, así que sentir el efecto de esos breves momentos en sus vidas y cómo ayudaron a formarse fue difícil porque no puedes ir creciendo paulatinamente. Pero fui muy afortunada de tener al libro como referencia, Sally es muy descriptiva, pero también es maravilloso porque sabes cómo te ven los demás personajes”.
Inclusive menciona que gracias a las páginas de la novela pudo dotar a su personaje de características únicas que sólo los lectores podrán reconocer en primera instancia: “[El libro] describía cómo Connell sentía la mirada de Marianne, así que sabes que ella usa mucho contacto visual. También tuvimos grandes directores que nos guiaron para conseguir estos puntos, pero sí fue complicado.”
Fue así como Daisy Edgar-Jones y Paul Mescal nos platicaron del desafiante proceso de rodaje y a su vez cómo se sintieron al interpretar personajes complejos con múltiples facetas personales, quienes buscaban ser correspondidos emocionalmente mientras el cotidiano ritmo de vida se encargaba de recordarles lo duro y emocionante que significa mantener una relación con otra persona normal.