Hemos pasado varios meses en cuarentena, nuestro sistema nervioso ocasionalmente se altera y para controlarlo necesariamente debemos recurrir a series o películas, por ello las plataformas streaming se volvieron -de cierta forma- nuestros salvavidas favoritos que nos han mantenido a flote. En esta ocasión Netflix ha lanzado su miniserie: Historia de un crimen: La búsqueda, producción que se encuentra en el primer puesto del top 10 en México, incluso por encima de 365 DNI y 13 Reasons Why, pero ¿de verdad es tan buena como la pintan?
Es importante partir del planteamiento principal, el cual fue tomado del polémico caso de Paulette Gebara Farah, quien de formas inexplicables desapareció de su casa en una zona exclusiva de Huixquilucan, Estado de México en 2010 y con el paso de las horas se hizo un tema mediático que poco a poco comenzó a conmover al país entero, después de nueve días apareció el cuerpo sin vida entre su colchón y la base de la cama, hecho que hasta la actualidad sigue siendo absurdo y del cual las autoridades mexicanas dictaminaron que se trató de un lamentable accidente y por el cual no habría culpables.
Un tema así de delicado era quizá, la mejor forma de crear un potencial drama y con ello arrojar una destacada propuesta en el género, sin embargo, el resultado final de la miniserie protagonizada por Dario Yazbek, Diana Bovio, Regina Blandón, Adrián Ladrón y Verónica Bravo quedó lejos de este resultado principalmente por su inesperado humor negro que poco a poco se apodera de la historia y termina por destruir cualquier argumento serio capaz de atrapar al espectador.
'Historia de un crimen: La búsqueda': ¿Quiénes son los actores en el reparto de la serie de Netflix?Muestra de ello es su libreto que permitió una versión caricaturizada de la gran mayoría de los personajes, quienes expresaban conductas y pensamientos ridículos a su cargo público o situación tan extrema como la que se llegó a vivir en marzo de 2010. Incluso el propio Netflix mostraba esta producción que también cuenta con la participación de Alejandro Calva, Adriana Llabrés y Ernesto Laguardia, como una historia medianamente seria, la cual se preocupaba por mantener los elementos reales más importantes como el hilo conductor de un complicado y lamentable caso, pero esto jamás llegó y todo se puede resumir como una versión retorcidamente cómica.
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