¿NOS BAJAMOS DEL TREN?

Definitivamente nos bajamos del tren de Run si se aprueba una segunda temporada, ya que se alargará una premisa que no parece tener mucho más qué contar y tanto Billy (Domhnall Gleeson) como Ruby (Merritt Wever) nuevamente se verían envueltos en un vaivén de indecisiones, lo cual suena desgastante. HBO tiene la última palabra respecto a continuar con la serie para una segunda temporada, pero ya que la serie gozó de cierta popularidad, es posible que esto se esté discutiendo.

Recordemos que al final de la serie producida por Phoebe Waller-Bridge (Fleabag), Ruby se baja del tren, donde sus hijos y esposo la estén esperando. Billy va tras ella y aunque le ruega por quedarse, ella se va con su familia. Un sabor agridulce, pero quizá lo más honesto que vimos durante el seriado, ya que parecía de pronto que los dos personajes por más amor del pasado que se tenían, no vibraban al mismo tiempo y hasta cierto punto daba igual que el amor triunfara.

Por otro lado, Laurel Halliday (Waller-Bridge) aparece para ayudarlos después de la muerte de Fiona (Archie Panjabi) y los lleva a una estación de tren. Laurel le da a Ruby su chamarra por el frío y resulta que conoce a Daniel (Kelsey Flower), el dueño de la casa donde se lanzó Fiona y que se encuentra fugitivo al pensar que lo iban a culpar de la muerte de esta. Seguramente Fiona y Daniel tienen algo que ver, pero esta información fue brindada. Al reportarlo, Laurel conoce a la policía Babe Cloud (Tamara Podemski), con quien tiene una conexión inmediata y terminan pasando la noche juntas. Resulta sorpresivo que la química entre Tamara (a quien también vimos en Guest of Honour) y Phoebe destacara de sobremanera y le diera un respiro a la serie. Incluso, lo que más funcionaría en una segunda temporada, es que estos personajes se explotaran y nos olvidáramos de Ruby y Billy; así de drástico.

Al final, Run es una de las mayores decepciones televisivas de este primer semestre de año y terminaremos olvidándola en unos días.