El expreso del miedo y Snowpiercer comienzan en polos opuestos y esto -como espectadores- nos pone los pies en la tierra, por un lado la película se encarga de mostrar una realidad desgarradora entre la pobreza e inmundicia en la que viven los pasajeros del último vagón de esta arca de acero que se desliza sobre antiguos rieles alrededor del mundo. Inclusive la intención narrativa del surcoreano es capaz de tocar incómodas realidades y con ello el despertar de algunas reflexiones en nuestro comportamiento como habitantes de un mismo mundo.
Por el lado contrario, la serie de Netflix apuesta por una paleta de colores claros e incluso un tanto inofensivos, realmente son incapaces de construir una atmósfera que raye en la aterradora desgracia a la que gran parte de los pasajeros es expuesto. En esta nueva apuesta conocemos de forma pronta y un tanto inesperada el actuar y pensar de la alta sociedad (una de las cartas más fuertes en el trabajo del director de Parásitos: Bong Joon-ho y que resguarda cuidadosamente); pareciera que Netflix no tuvo miedo de revelar el último círculo del infierno móvil, ¿valentía o descuido narrativo que podría costarle caro?
Estrenos Netflix del 22 al 28 de mayo: 'Control Z', 'Ya no estoy aquí' y másSin embargo, a diferencia del largometraje de 2013, en la serie protagonizada por Jennifer Connelly y Daveed Diggs podemos tener más clara la multiculturalidad con la que esta historia fue construida desde sus orígenes. Se trata de un vehículo capaz de resguardar a los pocos sobrevivientes de la humanidad, esto -por sentido común- tendría personas de distintas nacionalidades y Netflix lo muestra de mejor manera (incluso se escuchan algunas frases en español), en la cinta también era evidente, pero en esta serie acentúan este elemento de forma sonora, cosa que ayuda a comprender de mejor forma dicha situación.
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