En México seguimos encerrados como parte de la cuarentena mundial, situación que nos hace recurrir a nuestras películas favoritas. Por esta razón volvió a surgir Batman: El caballero de la noche, cinta dirigida por uno de los cineastas londinenses más queridos en la historia: Christopher Nolan (Tenet), sin dejar de mencionar la brillante interpretación de Heath Ledger como el temible Joker. Por ello quisimos rememorar uno de los secretos de rodaje más impactantes.
¿Recuerdas la escena del primer encuentro entre la mafia de Ciudad Gótica y el Joker? Aquella reunión que tuvieron de emergencia debido a la notable amenaza que seguía siendo Batman (Christian Bale) para su negocios, de paso un psicópata con una enorme sonrisa en el rostro comenzaba a atemorizar a los ciudadanos. En fin, temas de mafiosos.
EL PELIGORSO TRUCO DEL LÁPIZ
Poco antes del rodaje de esta escena, Christopher Nolan se acercó a Charles Jarman, doble de acción encargado de interpretar al guardaespaldas del líder criminal Gambol (Michael Jai White) y que… Moriría a manos de un impactante truco de magia hecho por el Joker. Se trataba de desaparecer un lápiz dentro de la cabeza de otra persona atravesando la cuenca ocular, acción que el director británico quería realizar con un efecto visual y no con CGI, por lo que Jarman tendría que efectuar un peligroso acto frente a la cámara, contó el actor a Vulture:
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“Recuerdo a Christopher Nolan diciéndome: ‘Mira, vamos a hacer un par de tomas donde necesites poder quitar ese lápiz’. Hicimos un par de ensayos a media velocidad para que mi mano derecha se extendiera, tomando el lápiz cuando mi cuerpo bajaba y mi cabeza golpeaba la superficie. Fue un poco difícil porque el lápiz estaba atascado en la mesa.”
Esto requirió de enorme precisión por cualquier ángulo que se le viera: por una parte Jarman debía simular que el Joker azotaba ferozmente su cabeza contra la pesa, perforando su ojo, todo al mismo tiempo que con una de sus manos quitaba -aún más rápido- el lápiz que estaba frente suyo. A pesar de los ensayos previos, no había margen de error, si algo salía mal el propio Jarman pudo haber perdido la vida.
Si por alguna razón no movía mi mano a tiempo, no tendríamos esta conversación. Bueno, quizá a través de una tabla de Ouija.
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Ahora que conoces el proceso detrás de uno de los secretos de producción mejor resguardados y, por supuesto, impactantes, te recomendamos ver nuevamente la película entera y poner especial atención a esta escena. Apenas dura unos cuantos segundos, sin embargo, te aseguramos que te pondrás nervioso y terminarás quitándote el sombrero por el estupendo trabajo de Jarman y por la maestría y sangre fría de Christopher Nolan por atreverse a hacer este truco de magia en vez de recurrir a la tecnología para resolver el momento.