Silvia Pinal, frente a ti ha logrado profundizar en la vida personal y profesional de la querida sonorense, quien formó parte de la Época de Oro del cine mexicano trabajando con las grandes estrellas de todos los tiempos, incluso fue una de las musas más grandes que tuvo el legendario cineasta español: Luis Buñuel, con quien realizó Viridiana, El ángel exterminador y Simón del desierto. Nos queda claro que su faceta actoral es incomparable, sin embargo, no todo en la vida de Silvia brillaba como el oro, muestra de ello fue su relación con el cantante Enrique Guzmán.
Este par de máximos exponentes en sus respectivos campos artísticos fueron protagonistas de una de las relaciones más polémicas de sus tiempos en nuestro país. Todo comenzó en 1967, en aquel año se casaron en Acapulco, Guerrero; fiel a su estilo, Guzmán logró enamorar a Silvia Pinal con su talento musical, con ello comenzó a crecer la familia y un año más tarde nacería Alejandra Guzmán, ahora famosa cantante.
En aquellos años Pinal se encontraba en una gran etapa de su carrera, justamente en 1967 presentaba Juego peligroso, cinta codirigida entre Luis Alcoriza (Lo que importa es vivir) y Arturo Ripstein (El diablo entre las piernas). Sin embargo, comenzaría una oscura etapa en la vida de la talentosa intérprete sonorense. Fue después del nacimiento de su segundo hijo, Luis Enrique, en 1969 que la violencia física y mental apareció de manera repentina en el famoso matrimonio.
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“Enrique estaba cada vez más raro, su cambio de humor y estado de ánimo eran inexplicables. Los celos seguían aumentando, las discusiones verbales eran cada vez más violentas y, sin saber cómo, llegó el primer golpe. Violencia física: primero un empujón, un jalón, luego un manazo; la primera bofetada, la primera golpiza”, narra la propia Silvia Pinal a través de su libro autobiográfico Esta soy yo.
Estos duros momentos también fueron mostrados en la famosa serie coproducida por Carla Estrada, en donde se muestran los abruptos cambios en el estado de ánimo del reconocido cantante, Enrique Guzmán. Pasaba de tiernos momentos entre abrazos y tiempo en familia a desconcertantes reclamos que afectaban la carrera actoral de Pinal. Todo concluía en bofetadas y arrancos sexuales.
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Para los cinéfilos gustosos del trabajo de Silvia Pinal sin duda es un duro golpe conocer con tanto detalle esta faceta en su vida; por supuesto la relación terminó en 1976, mientras tanto el daño ya estaba hecho y con ello una dura huella en la historia del cine y televisión en nuestro país. Sin embargo, la vida y obra de Pinal no siempre tuvo tragos amargos; un claro ejemplo de enorme felicidad amorosa y actoral fue gracias a la estrella Arturo de Córdova, todos estos momentos también se encuentran en la serie protagonizada por Itatí Cantoral.