Michael Jordan sin duda es uno de los rostros más conocidos en la historia del básquetbol y también del deporte a través de la historia, no por nada la serie documental de Netflix: El último baile, semana a semana se mantiene entre los contenidos más vistos de la plataforma de streaming. Por si eso no fuera suficiente, recientemente el servicio añadió la única película protagonizada por el jugador: Space Jam, un clásico noventero que ha marcado a generaciones enteras y por ello ya están trabajando en la secuela que recientemente estrenó su logotipo, aunque esta vez será LeBron James el estelar.
Pero retomando la película original, la idea para desarrollarla en realidad no salió de la nada, sino de un par de comerciales que llegaron en un momento óptimo para varios de los involucrados. A principios de los 90 Warner Bros. estaba buscando la manera de revitalizar y traer de vuelta a la atención pública a Bugs Bunny, ya que los Looney Tunes no gozaban en ese momento de la popularidad que años atrás sostenían.
Por otro lado, Michael Jordan había alcanzado una de las cúspides de su carrera al haber conquistado campeonatos con los Chicago Bulls y ser un rostro bien conocido en el deporte, además de formar parte del Dream Team que ganó la medalla de oro para Estados Unidos en los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992, por lo que los publicistas estaban tras de él en busca de hacer notar sus marcas.
Fue ahí que la colisión de ideas surgió y Nike buscaba una buena idea para un anuncio y adivinen quiénes surgieron en la discusión: Bugs Bunney y Michael Jordan: “Nos costó unirnos. Luchamos con Warner Bros. durante meses, tratando de modernizar el personaje de Bugs para el comercial,” mencionó en una entrevista para Entertainment Weekly: Joe Pytka, director de comerciales, videos musicales y más tarde de Space Jam.
Finalmente de la alianza surgió un comercial que reunía a Bugs Bunny con Michael Jordan llamado: Hare Jordan y en el que ambos personajes vencían en la duela a un grupo de bravucones. Éste fue retransmitido durante el Super Bowl de 1993, convirtiéndose en el anuncio más comentado de aquel entonces y generando una oleada de reacciones positivas… Bugs Bunny recuperaba su popularidad y Michael Jordan hacía unos dólares más.
El éxito de lo anterior resultó en un segundo anuncio en el que por primera vez vimos a Jordan y Bunny jugar contra alienígenas, específicamente contra Marvin y compañía en una duela espacial. ¿Les suena parecido? Así fue como surgió la idea de hacer una película basada en conceptos probados y aclamados, dando paso a lo que actualmente conocemos como Space Jam, que, en pocas palabras, resulta una extensión de los anuncios, combinada con un montón de rostros conocidos tanto del séptimo arte, como del basquetbol. No cabe duda que la publicidad marca el destino de muchas cosas.