Estamos seguros que has maratoneado toda clase de series y has recorrido de la A a la Z la oferta cinematográfica en todas las plataformas streaming disponibles en nuestro país, finalmente la cuarentena es un tema de resistencia, pero… ¿Qué tal va tu conteo de documentales? Por ello tenemos una recomendación para este fin de semana: Tupamaro: Guerrillas urbanas, el cual estará disponible a partir de este 24 de abril en Amazon Prime Video.
Se trata de la producción venezolana dirigida por Martín Andrés Markovits que narra la increíble vida de Alberto “Chino” Carías, líder de los Tupamaros, conocido grupo radical que enfrentaba narcotraficantes, eran aliados del gobierno de Hugo Chávez y Nicolás Maduro, pero también acusados de asesinatos y ataques paramilitares. Un caso complejo que entremezcla la inseguridad y la pobreza en los barrios del oriente de Caracas mientras Carías abría las puertas del infierno según su conveniencia.
¿POR QUÉ VER ‘TUPAMARO: GUERRILLAS URBANAS’?
Entendemos perfectamente el tema: ¿por qué deberíamos ver una historia más ligada al narcotráfico? En México tenemos suficiente como para buscar aún más; esto último es verdad, sin embargo, la propuesta de Martín Andrés Markovits va más allá de una historia de cárteles venezolanos y apuesta por la historia particular del hombre que se hizo pasar por santo y demonio a la vez mientras lideraba a los Tupamaros y aseguraba enfrentar al narcotráfico mientras abría sus bolsillos al mejor postor.
El documental retrata cómo este grupo de desequilibrio político y social ayudó al polémico Hugo Chávez a alcanzar la presidencia de Venezuela, hecho que llevaría a Carías a tomar el cargo mayor al frente de la policía de todo el país, sí, un hombre acusado de asesinatos y robos vería por la seguridad y justicia de la sociedad. Una mezcla entre guerrillero, servidor público, defensor de los derechos y aliado del narcotráfico, todo a la misma vez y el mismo rostro.
Una de las grandes cualidades del documental es su narrativa que bien la valió para contar la historia de este personaje venezolano en tan solo 53 minutos, esto vuelve realmente atractiva la producción de Markovits al no pecar en la avaricia cinematográfica y alargar el tema de forma innecesaria y egocéntrica. El ritmo en primera persona contada por el mismo “Chino” Carías vuelve interesante y entretenida esta historia entre sonrisas y oscuras confesiones que podrían dejar perplejo a un espectador sensible.
Es necesario mencionar que en este documental no existe una verdadera contraparte que ponga en tela de juicio los actos de Carías, el propio Markovits hace uso de una ola inmensa de declaraciones y registros históricos para que el público tome su decisión. Esto último se aleja a uno de los objetivos principales del documental: el amplio cuestionamiento y pauta para la profunda reflexión. En el caso de los Tupamaros es tan clara la despreocupación de responsabilidades que incluso se acerca a una historia incrédula de falsos gobiernos.
Al final la propuesta de Markovits apuesta por un acelerado, pero entretenido ritmo narrativo que muestra un caso incluso irreal de la corrupción y extrema despreocupación del gobierno venezolano por mantener grupos radicales en sus calles, haciendo el trabajo sucio. Si eres gustoso de temas políticos y sociales con vistas internacionales podrás tener una mayor conexión, aún así, Tupamaro: Guerrillas urbanas tiene el corte necesario para terminar con una contundente lección histórica capaz de helar la sangre y sonreír por incredulidad ante tanta inconsistencia política y social.