Jennette McCurdy saltó a la fama tras su participación como Sam Puckett en la serie de Nickelodeon: iCarly, papel que le abrió las puertas para otros proyectos, además de darle un par de Kids' Choice Awards, sin embargo, ya tiene unos cuantos años desde que no ha participado en un rol que le de la misma proyección internacional de la que gozaba. ¿Qué ha pasado con ella?
EL DIFÍCIL TRAGO EN LA CARRERA DE JENNETTE MCCURDY
La historia de McCurdy realmente es sorpresiva y fuerte, ya que detrás de aquella chica ruda y audaz que interpretaba en iCarly se encontraba una joven actriz con problemas alimenticios y con su madre lidiando con el cáncer. Mediante un artículo publicado en Huffington Post, la chica expresó lo duro que fue crecer en medio del estrellato:
“Mi alimentación desordenada comenzó cuando tenía 11 años. Como niña actriz que trabajaba en Hollywood, aprendí rápidamente que permanecer físicamente pequeña para mi edad significaba que tenía una mejor oportunidad de reservar más papeles. Desafortunadamente, tenía un compañero confiable y dedicado listo para ayudarme con mi floreciente anorexia: ¡mi mamá!”
De hecho, su creciente popularidad en iCarly la llevaron a obsesionarse más con su alimentación: “El estrés de tener que estar ‘encendida’ todo el tiempo me llegó. Me obsesioné aún más con la comida y mi cuerpo. Supervisé cada bocado que tomé. Me ejercité obsesivamente. Medí mis muslos con una cinta métrica todas las noches antes de acostarme.” Pero lo peor llegó cuando otro desorden alimenticio llegó a su vida: la bulimia:
“Y así comenzó mi fase de atracones. Todavía seguí, calculé y obsesioné con cada cosa que entraba en mi boca, igual que cuando tenía anorexia. La única diferencia era que estaba comiendo mucho más. Estaba constantemente preocupado por la comida. Nada significaba más para mí que mi siguiente bocado y nada me daba más vergüenza que el último. Estaba en un ciclo tóxico de autodesprecio.”
Afortunadamente la actriz ha logrado sobreponerse a la muerte de su mamá y también a sus desordenes con la comida mediante rehabilitaciones, pero esto también la llevó a preguntarse qué estaba haciendo con su carrea, ya que no se sentía orgullosa de los papeles que estaba interpretando, lo que la ha llevado a tomar un camino distinto en la industria del entretenimiento.
¿QUÉ HA HECHO ÚLTIMAMENTE JENNETTE MCCURDY?
Como recordaremos, después del éxito de iCarly y de su personaje, Nickelodeon aprobó una serie con Jennette McCurdy como protagonista a lado de Ariana Grande llamada: Sam y Cat. Después de haber concluido la serie en 2014, un año más tarde logró incursionar en Netflix con la serie Between, la cual tuvo una primera temporada exitosa que la llevó a la renovación, pero tras dos entregas fue cancelada.
Justo después de la mencionada producción para Netflix y de mucho esfuerzo en rehabilitación para tratar sus problemas alimenticios fue cuando llegó un cambio para Jennette y decidió incursionar en un ámbito más pequeño, pero en el que menciona tener mucho más control y gusto por realizarlo: los cortometrajes.
En esta área ha escrito, dirigido y/o protagonizado desde 2016 varios proyectos, entre los que destacan producciones como Kenny, su primer cortometraje al mando y que incluso fue parte de la selección oficial del Festival de Cine de Florida el año pasado. Recientemente trabaja en otro corto: Strong Independent Women. Las historias de estos proyectos están inspiradas en sus experiencias personales, por lo que no hay mejor voz para expresar esas tramas.
Así que Jennette McCurdy se ha mantenido activa prácticamente desde que debutó en el mundo del entretenimiento en el 2000, sin embargo, ahora le ha dado un nuevo rumbo asu carrera, aunque también se ha animado a seguir en producciones más grandes como la película: Little Bitches, la cual estrenó hace un par de años y representa su más reciente trabajo en un largometraje. Incluso incursionó en los shows en vivo y tiene el suyo en Los Ángeles: I'm Glad My Mom Died, una comedia en la que sólo ella aparece y en la que habla sobre cómo la muerte de su madre pasó de ser lo peor que le ha pasado a lo mejor.