Los reencuentros amorosos son, probablemente, lo más tóxico que ha inventado el ser humano. Cientos de libros, películas y canciones acerca de dos antiguos amantes que retoman lo que dejaron en el pasado habitan en la cultura pop. Para 2020, Vicky Jones y Phoebe Waller-Bridge, llegan a HBO con una serie de rom-com y thriller que explora una historia similar: Run.
Así como cantaba Pulp en Disco 2000 (I said, "let's all meet up in the year 2000. Won't it be strange when we're all fully grown?") dos exenamorados deciden reencontrarse luego de muchísimos años cuando uno de ellos envía un mensaje de texto con la palabra "RUN". Tras esto dejan todo atrás y dan una oportunidad más a su amor, sin embargo, ambos pasan por alto que el paso del tiempo los ha hecho sepultar secretos y resentimientos que, episodio tras episodio, se van descubriendo junto a ellos y que harán mucho más difícil ajustar su historia a un final feliz.
Run es una historia que se ha vendido como un thriller romántico, una fórmula que no nos extraña viniendo de Vicky y Phoebe, creadoras del fenómeno televisivo Fleabag , cuya protagonista, una chica cínica, pervertida, adicta al sexo y mala feminista, nos hizo mirarnos al espejo para incomodarnos y admitir, a regañadientes, que todos hemos estado tan jodidos como ella alguna vez en la vida.
Si aún no ves el primer capítulo de Run te convendría dejar de leer a partir de este momento, pues habrá spoilers. Ruby (Merritt Wever), una arquitecta harta de su vida, no consigue bajar de su camioneta y terminar su día para ir a casa. En realidad no quiere llegar a su hogar. El mensaje es breve y aparece en su teléfono celular: "RUN", la palabra clave para encontrarse con su ex novio, Billy Johnson (Domhnall Gleeson), un gurú de vida exitosa. Como dato curioso, esta dinámica es algo que Vicky y Phoebe desarrollaron dentro de su amistad para huir de momentos socialmente incómodos, basta que una de ellas diga la palabra para que la otra la acompañe en la huída.
Desde los primeros momentos la serie nos muestra close ups a las manos de nuestros protagonistas, a sus caras, a la respiración pausada. La imagen se congela unos segundos para que las emociones de los personajes extrapolen a la pantalla, haciéndonos creer que tal vez no se trate de un reencuentro amoroso, quizá es un homicidio o una muerte inesperada. No obstante, Vicky, creadora de la serie, ha puesto en marcha un guion que saca de sus teorías al espectador y lo hace reír cuando Ruby y Bill se encuentran en el primer tren hacia Nueva York después de las cinco como lo habían planeado hace años.
Merritt Wever y Domhnall Gleeson regalan actuaciones espléndidas; son estas las que se acoplan perfectamente al guion y lo enriquecen de momentos incómodos y de incertidumbre. Pasamos a ellos tomando turnos para masturbarse en el baño del tren luego de reencontrarse y de nuevo a la incógnita del futuro cuando Bill descubre que Ruby abandonó a su familia (que incluye un esposo e hijos) para viajar en tren con él.
Retomando el factor del thriller, debemos mencionar a Kate Dennis, directora de los primeros cinco episodios de los siete que conforman la serie. Ella se ha hecho un renombre gracias a su carrera en televisión. Su elección para dirigir los primeros capítulos de Run no es una arbitrariedad: si lo que necesitaban era un director que comprendiera cómo mantener el suspenso en 30 minutos, Dennis provee. Ya lo hemos visto en dos de los episodios pilares de la primera temporada de The Handmaid's Tale (la mejor, si nos lo preguntan): Jezebels y The Bridge.
Puede que Run se haya presentado como un producto de suspenso, pero teniendo en cuenta el estilo de Vicky y Phoebe sabemos que aquí el significado del amor lo acaparará todo y será de esos que te deja el corazón hecho cachitos, que no se construye con clichés y que, probablemente, sí tenga un final feliz, pero no el que nos han vendido por años las canciones de amor. ¿Estás listo para que te rompan el corazón una vez más? Run se transmitirá por HBO todos los domingos por la noche.