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    Así se vivieron los últimos días en los cines antes de cerrar

    Antes de decir hasta luego visitamos nuestros queridos recintos fílmicos que no abrirán sus puertas por varias semanas. Platicamos con los cinéfilos extremos que aún andaban por ahí.

    Uriel Linares | SensaCine México

    Entré a la función de Unidos, la más reciente película familiar realizada por Disney Pixar. Otras vez apareció Susana Distancia: entre los asientos disponibles en la pantalla de compra, había huecos blancos que tenían que saltarse para escoger lugar. Fue duro ver a una familia completa, una pequeña y sus papás, sentado en la última fila de la sala con sus respectivas palomitas y refrescos. Fuimos 15 personas en una sala de unas 160 butacas. 

    Unidos fue la segunda película más vista ese fin de semana, reportando 48 mil asistentes de viernes a domingo a nivel nacional. Aquí encontramos otra razón de los cinéfilos extremos: A pesar de que el mundo suene las alarmas (y otros preferían silenciarlas), la gente iba al cine, por muy irresponsable que pareciera, una sencilla y primordial razón: entretenimiento, punto.

    De acuerdo con un comunicado de CANACINE publicado el 26 de marzo, la industria nacional ha detenido por completo su producción, acto que afecta a 25 mil personas que se encontraban desarrollando algún proyecto en diferentes áreas. Por otra parte las distribuidoras en nuestro país han frenado sus operaciones y alrededor de 50 empleos directos y casi 150 mil indirectos se han puesto en riesgo. Esto es lo que significa detener las actividades en nuestra industria: En 2009, durante la propagación de la H1N1, los cines se cerraron 10 días. El día que se publica este texto llevamos seis y no se ve para cuándo. Mientras tanto, hasta la actualización del 27 de marzo, se reportan 717 casos confirmados; 2,475 casos sospechosos; 3,542 negativos y 12 defunciones..

    Los cinéfilos, extremos o no, tendremos la responsabilidad de ayudar a reactivar la industria una vez que las cosas se normalicen. Mientras, será triste el no poder meternos a una sala para escapar por un rato de los tiempos difíciles, como tantas veces lo hemos hecho. Yo estuve ahí el último día que se nos permitió hacerlo y descubrí una razón más por la que los cinéfilos extremos fuimos al cine: Estábamos trabajando. Y eso queremos hacer miles lo más pronto posible

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