Es probable que te hayas convertido en un ultra maratonista de Netflix, finalmente el necesario aislamiento para prevenir el contagio de coronavirus se ha vuelto parte de nuestra vida en estos días. Y es casi un hecho que si vives en México hayas llegado a la cinta española de horror y suspenso, El hoyo, la cual lleva dos días dentro del top tres de producciones más populares en nuestro país (te contamos más en este link), ahora mismo ocupa el segundo sitio sólo por debajo de su compatriota, Élite, la exitosa serie de drama estudiantil.
Y es a través de escenas repulsivas e impactantes que su director, Galder Gaztelu-Urrutia (La casa del lago), pone sobre la mesa una contundente reflexión que encara la desafortunada separación de clases sociales en todo el mundo y el opulento beneficio que tienen las personas con mayores recursos. Como siempre, los de abajo sufren inhumanamente.
Para reflejar este mensaje fue necesario de un gran compromiso actoral por parte de Ivan Massagué, Zorion Eguileor y Antonia San Juan, sin embargo, los efectos visuales fueron pieza clave para adentrar por completo al espectador en una verdadera experiencia. Y para lograr la inmundicia que tanto se refleja en la historia, Mario Campoy e Irene Río (responsables de los efectos especiales protésicos) explicaron cómo fue su proceso creativo para desarrollar tal impacto:
“En la parte protésica, nuestra empresa Baconsfx tuvo que enfrentarse a unos desafíos enormes. Desde las primeras páginas del guión quedaba claro la gran cantidad de efectos que iba a necesitar la película, hubo que aplicar una enorme dosis de inventiva, creatividad e inteligencia para poder ajustar un presupuesto muy modesto sin renunciar a la calidad ni a la cantidad por el camino.”
El trabajo de Campoy y Río incluyen los rostros de los actores, los cuales serían deformados como auténtica plastilina de acuerdo con los requerimientos narrativos, por supuesto esto incluyen intestinos, trozos de carne humana, manos y sangre. Todos los elementos que tan sólo al verlos pueden generar efectos incontrolables en el espectador, a pesar de ello, tuvieron que enfrentarse a retos de muchas clases.
“La preproducción duró dos meses de muchísimas horas y noches sin dormir, contando con un equipo muy reducido, con Luke Serrano como asistente e Irene Zamacona en posticería, y afrontando grandes retos, como que uno de los actores principales, para el que se habían creado varios efectos, abandonara el proyecto a una semana de empezar el rodaje.”
Una vez que se tuvo una sólida base física con protésicos, los efectos digitales entraron a la ecuación y estuvieron a cargo de Iñaki Madariaga, quien explicó cómo consiguieron que la tan famosa plataforma que transportaba alimentos subiera y bajara como si se tratara de un efecto de magnetismo.
“Así construimos la simulación del plató para comprobar tanto posiciones de cámara como proporciones. Resultaba necesario que la construcción del decorado de 13 metros de altura donde tenía que integrarse una plataforma elevadora fuera físicamente correcto. Junto con el director Galder Gaztelu-Urrutia estudiamos plano a plano el story board, para ver dónde podrían estar los efectos más comprometidos y contemplar las necesidades en el rodaje.”
Y continuó: “para ello realizamos una serie de fotografías en 360º que nos servirían sobre todo para la iluminación correcta del plató virtual. El mayor inconveniente fue, en mi opinión, los trackeos de cámara real para crear la virtual, ya que en muchos casos las iluminaciones tenues, el decorado monocromático y los rápidos movimientos de cámara no resultan muy convenientes para esta labor.”
Es por ello que la implementación de modelos en 3D también fueron implementados como recursos de apoyo y así mostrar las impresionantes caídas y muertes que conocemos a lo largo de la tensa historia. Además el uso de una tijera industrial para la tan mencionada plataforma tuvo que desaparecer para el corte final, obra de los efectos digitales.
“En muchos planos se trataba de borrar la tijera de la carretilla elevadora, crear la base de la plataforma y completar el escenario que no se había registrado en rodaje; en otros, de generar los pisos inferiores y superiores con sus reclusos. En muchos de ellos, como la atmósfera densa, el calor, el frío, los salpicones de sangre, las armas generadas en 3D… los efectos pasan desapercibidos.”
Y fue así como trabajaron mano a manos las dos especialidades de efectos en El hoyo, por una parte los encargados para creaciones físicas y protésicos, finalmente siempre se requiere una base sólida donde el trabajo digital pueda tomar como pilares y punto de partida. Por supuesto los modelados 3D y el trabajo para agregar o eliminar elementos en la pantalla fue indispensable y necesario. Ahora que sabes estos secretos, cuéntanos cuál fue el momento que más impacto te provocó.