La segunda temporada tuvo tres nuevos fichajes que le inyectaron frescura y dieron un juego mucho más divertido a las tramas de los demás alumnos. Rebeka, Cayetana y Valerio fueron tres grandes personajes que lograron empatía, logrando integrarse rápidamente con quienes ya conocíamos. Para la tercera entrega entran Yeray y Malik (Leïti Sene), quienes sirven para que otros chicos desarrollen sus historias, pero ambos se sienten realmente innecesarios y faltos de personalidad en comparación con el resto.
Yeray sufrió bullying por su aspecto físico años atrás y regresa al colegio con un look completamente diferente para lograr entrar en la vida de Carla, aunque ella lo ve como una imposición gracias a que su padre quiere lograr un negocio con él. Esto aleja un poco a Carla de su enamoramiento de Samuel y de los problemas con Polo, pero la acerca a las drogas para poder olvidar lo que le está sucediendo. Al final el personaje tiene un mensaje fuerte y oportuno: la imagen ante los demás y el cambio que puede provocar en el entorno. Pero reiterando, nunca realmente conectamos con su personaje y su química con Carla despega hasta el último episodio y aun así no es suficiente.
Por la parte de Malik, es otro niño rico sólo que musulmán. Un lado opuesto del que conocíamos por Nadia y Omar. Empieza a tener una relación con Nadia, aunque ella realmente está enamorada es de Guzmán. Al igual que Yeray, ambos personajes de estreno parecen flotadores de los personajes principales y no están del todo bien estructurados para lograr tener una importancia y un protagonismo a la par del grupo que conocemos.