Malasaña 32 es una película de terror que ha dado mucho de qué hablar desde el año pasado que estrenó en España. La trama gira en torno a supuestos hechos reales ocurridos en el barrio madrileño de Malasaña durante la década de los 70. La calle literalmente se llama Manuela Malasaña y está llena de leyendas urbanas que actualmente han sido plasmadas en un filme que te deja al borde del asiento. El director encargado de llevar este relato a buen puerto es el catalán Albert Pintó, quien con su primer largometraje Matar a Dios logró en 2017 ser galardonado en el Festival de Sitges, abriéndole un camino en el género de horror y sin duda poniéndolo en el mapa de cineastas prometedores no sólo de su país, sino a nivel internacional.
Malasaña 32 se centra en una familia que sale de su pueblo para irse a Madrid en busca de mejoras en múltiples aspectos. El tercer piso del edificio al que llegan a vivir ubicado en Manuela Malasaña 32 resulta promisorio y un tanto idílico, pero los sueños empiezan a desvanecerse, ya que una serie de hechos desafortunados empiezan a suceder y la familia es atacada por presencias desconocidas. Estos personajes son recreación de los rumores y leyendas que rondan la calle.
Para Pintó es una cinta muy especial y un parteaguas para seguir contando historias mucho más complejas aderezadas de horror, esto nos confesó en una entrevista telefónica que tuvimos con él: “Es una película de terror muy única, muy española, muy autentica, que ubica mucho los espacios, los interiores, la atmósfera y que hace que al público español le dé nostalgia al recordar sus juguetes de infancia, las calles de sus barrios, el traer a la memoria toda una época…”
Quería hacer una película muy agobiante, no sustos por sustos, que no supieras de dónde iba a venir la sorpresa. Que el terror se sienta durante el día y la noche y que el terror sea latente.
Malasaña 32 fue escrita por Ramón Campos, el rey midas de la televisión, ya que ha creado y producido éxitos como Gran hotel, Velvet, Las chicas del cable, Gran reserva, entre otros. Fue Campos quien se le acerco a Pintó con este proyecto y él lo encontró irresistible, ya que, aunque el texto toca temas universales, se sentía una pertenencia muy entrañable al ubicarse en una calle tan famosa en Madrid y de ahí el juego de la nostalgia apelaba a un sinfín de cosas.
¿Qué tanto tomó Pintó como referente de otros filmes de horror para crear Malasaña 32? El catalán nos compartió: “Sin duda hay referencias, especialmente en este edificio en el que todo se relaciona. No las pensé intencionalmente, pero como amante del género, evidentemente hay cosas de Kubrick, de Polanski, El bebé de Rosemary, Repulsión. Me encanta este horror asiático que tardas en digerir. Sin embargo, Malasaña es muy auténtica en su relato y pocas cosas fueron referenciales.”
Malasaña 32 también se diferencia por tocar temas universales dentro de un relato de horror como la identidad de género, algo muy oportuno y que deja un mensaje puntual: “Que la represión no genere monstruos.” Pero ¿qué tan partidario es Albert de la evolución del streaming como formato para contar historias? Recordemos que Ryan Murphy con American Horror Story o recientemente Mike Flanagan con La maldición de Hill House han encontrado en las series de antología una oportunidad para experimentar en la pantalla chica con el horror, el drama y la comedia a la vez, de una manera evidentemente cinematográfica, pero sin perder el objetivo de aterrar al espectador:
“No se ha planteado llevar la idea de Malasaña al formato de serie, pero lo que sí se ha mencionado y puesto en la mesa es Malasaña 2. Hay muchas historias que pudieran contarse desde el mismo edificio, otras épocas, otras casas de la misma calle. Te seré sincero, no soy muy fan de las series. El platillo grande de un restaurante es el cine y es ahí donde principalmente está mi interés…”
Me gusta contar historias, no estoy negado a explorar otros géneros. Pero sin duda, los espacios, las atmósferas me atraen. Soy muy adicto a las películas de terror, me gusta mucho el género, es un cine fascinante que te hace vibrar.
En el cine independiente tanto en España como en distintos países sigue siendo difícil levantar un proyecto, pero para una película de horror quizá el camino sea distinto, ya que corre con mucha más suerte que otros géneros como indica Pintó. Muchos dirían que el género se encuentra ensimismado y dando vueltas sobre las mismas premisas, pero vamos realizadores (pocos, en palabras de Albert) se encuentran dándole una vuelta de tuerca a los relatos y expandiendo el horror de distintas maneras:
“Considero que estamos en España en un momento relativamente fácil para levantar películas de horror que de otro género. El terror la gente lo devora, le gusta, es como una montaña rusa que los hace sentir eufóricos y los emociona, así que, por ese lado, creo que la industria se encuentra en un muy buen momento no sólo en España sino en diversas partes del mundo, gracias a otras voces que están sonando en como Ari Aster o Robert Eggers.”
Producida por Bambú, Warner y Atresmedia Cine, Malasaña 32 sin duda formará parte de la internalización de Albert Pintó, un cineasta que tiene en su haber 60 cortos, cinco de ellos profesionales; no tiene miedo a no ser considerado un autor sólo por no trabajar un guion genuinamente suyo, ya que para él interpretar mediante imágenes un texto ajeno también es ser parte de un autor, lo cual no es algo descabellado. El futuro del cineasta apenas empieza: “En este momento tras terminar la distribución de Malasaña 32, viene otro filme de horror que ya estamos preparando y lo único que les puedo adelantar es que se trata de exorcismos, así que se vienen cosas buenas que pronto sabrán.”
Malasaña 32 ya está en cartelera mexicana.