Si bien la trama tiene a dos protagonistas: Meyer Offerman y Jonah Heidelbaum (Logan Lerman), hay demasiados personajes secundarios (que inclusive en algunos episodios se vuelven primarios). Hay variedad en el equipo y se nota que claramente el objetivo de los productores era retratar a un integrante de los diversos grupos de minorías y uno que otro papel atípico para recargar la historia en varios hombros.
Lo malo de esto es que algunos roles salen sobrando y no tienen un peso importante, sin dejar de mencionar que ciertos personajes carecen de carisma e inclusive sus personalidades son caricaturescas o desesperantes, por lo que realmente no todos brillan y al final sientes que si hubieran sido menos los involucrados quizá la trama sería más fluida, empática y sencilla, ya que también hay que destacar que con la aparición de un montón de nombres y papeles puede haber confusión para saber quién es quién, sobre todo cuando se refieren a los alemanes.