Crear una exitosa serie nunca ha sido tarea sencilla y mucho menos hoy en día que la competencia es cada vez más salvaje y numerosa, por donde quiera que mires encontrarás una nueva plataforma streaming surgiendo como nunca antes se había visto en la historia del entretenimiento.
El caso de Narcos: México es muy peculiar, no es único, pero pocas veces sucede: ya hemos mencionado que la historia, la triada de directores y el reparto son capaces de entregar una historia entretenida a pesar de la complejidad histórica que hay detrás del narcotráfico en México y gran parte de Latinoamérica.
Sin embargo, debemos decir que esto misma característica la vuelve en una producción pesada de ver; es realmente complicado ver más de dos capítulos seguidos. Vaya, no es la mejor opción si lo que buscas es maratonear y que tu humor se mantenga en los estándares más altos. Definitivamente Narcos: México no es la producción para lograrlo.
Habíamos mencionado que es un caso peculiar porque a pesar de la pesadez que pudiera sentirse debido a la historia y las miles de conexiones entre personajes y la triste situación que ha dañado a México, no es una serie que decepcione, tampoco se queda corta en su calidad de producción ni en la seriedad para llevar esta historia a las pantallas.
Por supuesto esto se vuelve en cuestión de gustos, como la mayoría de producciones, pero debemos reconocer que la narrativa natural del narcotráfico es extenso, complejo y en ocasiones enredado. Esto mismo se traslada a la serie de Netflix.