A todos los chicos de los que me enamoré reinventó las comedias románticas y rompió con estereotipos de belleza , pues además de contar con una actriz vietnamita como protagonista (Lana Condor), la trama no nada más se recarga en el amor de una chica por un hombre, sino por cinco. Al trasladar a la pantalla grande esta trilogía escrita por Jenny Han, Netflix puso el dedo en temas de interés actual como la diversidad racial, razón suficiente para deleitar a los fans con una segunda entrega. A todos los chicos: P.D. Todavía te quiero, llega para destacar la importancia de contar historias dirigidas para un público joven que rompan con paradigmas de género, pero también para indagar en una nueva -y emocionante- etapa en la vida de la protagonista: el noviazgo.
Lara Jean (Lana Condor), está lista para su primera cita con su novio, Peter Kavisnky (Noah Centineo). Ella está ansiosa por descubrir las emocionantes aventuras que el noviazgo le tiene preparadas, pero también está obsesionada con que todo salga perfecto. Las experiencias de esta pareja, nos llevan por un viaje que enaltece la magia de las primeras veces, al mismo tiempo que retrata los no tan románticos obstáculos de los noviazgos de preparatoria.
Es evidente que esta segunda entrega está repleta de clichés propios de los chick flicks, pero seamos sinceros, siempre habrá un espacio en la industria del cine para las empalagosas historias de amor; sin embargo, ambas entregas reinventan la manera en la que consumimos estas producciones debido a la diversidad racial del elenco. John Ambrose McClaren, uno de los cinco destinarios de las cartas de amor escritas por Lara Jean, es interpretado por el actor afroamericano, Jordan Fisher, a pesar de que en la primera entrega el encargado de darle vida en un pequeño cameo fue Jordan Burtchett. Además, no podemos olvidar a Lucas, interpretado por Trezzo Mahoro, quien da vida al amigo gay de Lara. Finalmente, al reparto se suman nuevos personajes como Trevor, quien es encarnado por el actor nacido en Singapur, Ross Butler. El elenco, en su mayoría asiático, deja huella en las producciones de comedia tal como Crazy Rich Asians lo hizo en su momento, demostrando que no necesitamos solo de personajes caucásicos para disfrutar de una divertida historia de amor.
Este filme también demuestra que las protagonistas de películas románticas no tienen que recargarse en los extremos para ser atractivas. Lara Jean no es ni extremadamente popular ni extremadamente retraída. Es una alumna más en la escuela que demuestra que las chicas tímidas también merecen ser retratadas como interesantes.
Además, ninguno de los protagonistas renuncia a su esencia para complacer a su pareja, ambos se aceptan como son e intentan superar su último año de preparatoria juntos. Lara no tiene la necesidad de reinventarse como Sandy en Grease y Peter no se convierte en el chico bueno como Landon Carter en Un amor para recordar.
A todos los chicos: P.D todavía te quiero es una historia que retrata a el amor como una fuente de energía que no se destruye y que simplemente se transforma. Es una sincera representación del apego que profesan los adolescentes hacia quienes los acompañan en esta confusa etapa, pues la narrativa destaca no únicamente por el amor de pareja, también enaltece el amor entre un padre y una hija, y el valor que tiene la lealtad entre amigos y hermanas.