Una de las grandes decisiones de Raphael Bob-Waksberg fue introducir a múltiples personalidades de Hollywood, ambientes políticos, musicales o deportivos, de este modo fue capaz de sorprendernos constantemente al involucrar irreverentemente a cientos de nombres famosos en un obscuro mundo de alcohol, drogas y decisiones erróneas.
Por supuesto esto no se echaría por la borda y en la última temporada surgieron un sinfín de referencias desde Breaking Bad, Charlie y la fábrica de chocolate, Charlie Brown, Brad Pitt, George Clooney y Quentin Tarantino hasta el mismísimo Robin Williams, ¿quién podría resistirse ante estos graciosos guiños? Por supuesto sin perder el estilo visual de la serie y cada una de estas referencias disfrazadas de modos distintos e incluso algunos transformados en animales para camuflarse idóneamente.
Esto sin duda despierta un interés particular en todo espectador, inclusive surge la necesidad por encontrar en cada rincón este tipo de referencias y a la par de mantener en constante desarrollo la historia, de poco a poco y al estilo easter-eggs, podrás sorprenderte por los múltiples guiños escondidos por doquier.
Y no todo se trata de reconocidos nombres en la industria, la minuciosa obsesión por contar con ambientes interactivos en múltiples planos vuelven a BoJack Horseman en una pintoresca y exigente producción. En todo momento el fondo de cada escena interactúa entre sí, nada está quieto del todo y por si las referencias fueran poca cosa, encontrarás en carteles distribuidos por las calles formas distintas de abordar temas polémicos como el acoso sexual o la desigualdad social.
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