A casi nueve años del inicio de la Guerra Civil en Siria, el director ahora dos veces nominado al Oscar: Feras Fayyad (Los últimos hombres en Alepo) nos vuelve mostrar la cruda realidad que aún se vive en aquel país. Todo inició en 2011 cuando un grupo de rebeldes armados se enfrentó a las Fuerzas Armadas de Siria por una serie de descontentos; posteriormente se convirtió en un conflicto internacional con algunas potencias mundiales inmiscuidas en el problema, dando así inicio a la guerra.
En 2017, Fayyad lanzó su documental: Los últimos hombres en Alepo, el cual retrata dicho conflicto, así como el día a día de las personas y el terror de ser bombardeados sorpresivamente, lo que incluso los llevó a construir una serie de túneles que se conectan entre sí, con la finalidad de protegerse de los ataques. De esta manera consiguió su primera nominación al Oscar.
Tiempo después se encontraba filmando en un hospital, pero por los ataques tuvo que trasladarse a otro donde por “casualidad” -si es que así se le puede llamar- se topó con la Doctora Amani y el increíble trabajo que realizaba con su equipo; así es como nace el más reciente documental La cueva, recientemente nominado al Oscar.
Tuvimos la oportunidad de entrevistar a Feras Fayyad, quien nos confesó que para conseguir material de su documental siguió a varios personajes con la finalidad de encontrar una historia, pero no fue hasta que halló a la Dra. Amani que decidió por cuál historia inclinarse:
Cuando hice este documental no sabía sobre qué sería. Teníamos dos equipos que estaban encargados de seguir historias y así es como empezamos a descubrir muchas.
Ambos documentales son extremadamente crudos y muestran la realidad de lo que sucede en Siria, sin embargo, La cueva permite que el público vea y entienda este conflicto desde otro punto de vista: el de la mujer: “La historia de la Doctora Amani me abrió los ojos y fue cuando decidí difundir esta historia, lo que está haciendo y el hecho de que está luchando por la igualdad, por los derechos de las mujeres, que finalmente son derechos humanos.”
A lo largo de una hora y 35 minutos somos testigos de cómo, a pesar de que Siria se encuentra en una guerra y el número de doctores disponibles es insuficiente para atender a la gente, la misoginia sigue siendo un gran problema, tal como los comentarios que recibe Amani día tras día simplemente por ser mujer y cumplir con su trabajo.
Existe un momento de tensión extrema cuando empiezan a recibir de emergencia a víctimas de lo que parece ser un ataque químico y les sorprende ver que la gente no está herida, pero las personas están sufriendo y muriendo. En este punto los doctores deben de actuar inmediatamente, dejando atrás sentimientos. No obstante, en cuanto pasa lo peor y tienen un momento para ellos mismos van a un pequeño cuarto a llorar y por fin dejar salir todo aquello contuvieron: “La Doctora Amani proveía la esperanza para las personas.”
Es ahí cuando, una vez más, entendemos que los doctores, aunque parecen fuertes porque logran controlarse y darle su mejor sonrisa al paciente, hay un punto máximo, en el cual deben dejar salir todo miedo, tristeza y enojo que tengan. A pesar de conseguir bastante material que podría formar parte del documental, el director sirio decidió tomar solamente lo que permitiera al espectador entender la perspectiva de la doctora:
“Quise incluir todo desde la perspectiva de la Doctora Amani, así que pensé cómo hacer que los pacientes y la gente que vive bajo tierra conectara con su historia. Vemos el documental a través de sus ojos y con el miedo de que en cualquier momento puede morir y cómo es que reprime todos sus sentimientos.”
Aunque las imágenes llegan a ser bastantes crudas, el director dejó muy en claro cuál es el mensaje central del documental: “Quiero que la gente sepa que esto sigue pasando en Siria y que no es un problema en el cual las personas se están matando la una a la otra, sino es un gobierno matando a su propia gente.”
Por otro lado, y regresando al tema de los Oscar, Feras ha tenido problemas con el trámite de su visa para poder atender los premios debido a la controversia de Trump y la entrada de personas pertenecientes a países musulmanes a Estados Unidos. A lo que el director mencionó: “Espero poder ir porque es el lugar para hacer un llamado a la acción y generar empatía entre las personas. Espero tener esta oportunidad y así darle voz a todos aquellos documentalistas cuyas voces fueron silenciadas y por las personas que no pueden alzar la voz por sí mismas. Quiero que las personas escuchen nuestra voz.”
La cueva se estrenó el fin de semana pasado, así que corre a tu cine más cercano.