Una historia como si fuera escrita para una película de ficción; de aquellas de superación, perseverancia, renacimiento espiritual. La noche cayó en España y no era como cualquier otra, ya que la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España llevó a cabo la ceremonia 34 de los Premios Goya y ahora sí, después de casi cuatro décadas de trayectoria y coronado como uno de los actores españoles más reconocidos mundialmente en la historia, las estrellas se alinearon para darle a Antonio Banderas su primer Goya, luego de haber sido nominado en cinco ocasiones previas y en todas haberse ido con las manos vacías.
Hoy día, 25 de enero, se cumplen tres años exactamente que sufrí un ataque al corazón y me das este regalo para celebrar ese nuevo cumpleaños y no solamente estoy vivo, ¡sino que me siento vivo!
Mencionó Banderas con palabras de júbilo y emoción, ya que por fin la Academia de su país y en su natal Málaga le dieron un reconocimiento que se le había negado por varias razones. Es verdad que tiene uno honorífico, pero no es lo mismo recibirlo de esta manera, con un trabajo en específico (inusualmente) interpretando en la película al hombre que ha influido en su carrera como ningún otro director: Pedro Almodóvar, a quien agradeció en la mayor parte de su discurso:
“He tenido la oportunidad de conocer a un cineasta en particular, pero a un artista en general con la lealtad que tú le tienes a tu cine. Nunca te has traicionado, por nada. He aprendido tanto de ti, no solamente del mundo del cine, sino de la vida”, declaró respecto a la amplia trayectoria que ha compartido con el manchego.”
Pero no solamente ha sido un maestro para darle forma a sus personajes, sino que Pedro también le ha enseñado ha superarse y reinventarse, no es la típica alianza cómoda en la que uno ya sabe lo que quiere el otro: “Ha habido lecciones extraordinarias para atacar los personajes y lo que hago de una manera distinta, abandonándome, siendo distinto. No podía pasar de otra manera, tenía que encontrarme contigo para llegar hasta aquí.”
Por increíble que parezca, Antonio estuvo nominado en la primera edición de los Goya en el lejano 1987, cuando por su papel de reparto en Matador (dirigida también por Pedro Almodóvar) por primera vez supo lo que significa competir por un premio tan importante en el cine español: “Estuve nominado en los primeros Goya y los mejores trabajos los he hecho contigo. Tú me has entendido mejor que nadie. Espero que los círculos no se hayan cerrado y que tengamos la oportunidad de seguir trabajando juntos en el futuro.”
De esta forma Antonio Banderas por fin se consagró como ganador de los Goya y la buena noticia es que está nominado a los Oscar por ese mismo papel de Salvador Mallo en Dolor y gloria, cinta que triunfó en los premios españoles al llevarse siete estatuillas. ¡Enhorabuena!