Amy March es la hermana menor y uno de los personajes más irritables de la novela por sus rabietas, su inexperiencia y por chocar constantemente con Jo. Algunos se refieren a ella como la mala de las March o incluso la villana al lado de la tía. Un aspecto para resaltar es que en la versión de Gillian Armstrong de 1994 y la película para televisión del 2018 utilizaron dos actrices para interpretar a Amy en cada una. En el caso de la primera, una pequeña Kirsten Dunst se inmortalizó como la berrinchuda hermana, siendo sustituida en la segunda parte de la película por Samantha Mathis quien, aunque hizo bien su trabajo, el personaje no mostró la fuerza y la madurez que necesitaba en su adultez. Por otro lado, Elise Jones y Taylor Murphy representaron exactamente la misma dinámica en el orden mencionado, pero tal y como resultó el filme sus Amys son olvidables.
En sus primeras versiones Joan Bennett fue la hermana menor de Hepburn y en 1949, ni más ni menos que Elizabeth Taylor fue la caprichosa Amy. Cabe resaltar que el carisma de Taylor dotó a su Amy hasta de cierta simpatía que fue lo mejor del filme. En la miniserie del 2017, Kathryn Newton le da vida a una Amy decente de acuerdo con el perfil del personaje.
Ahora, la mayor sorpresa de la nueva versión es Florence Pugh, quien gracias al texto de Gerwig y su talento histriónico logra hacer de Amy una de las favoritas casi al mismo nivel que Jo. A pesar de su juventud, Pugh es un monstruo en pantalla y logra una evolución impresionante en pantalla de niña a mujer. El guion hace de esta Amy una caprichosa en momentos, pero ocurrente, sarcástica y noble para luego convertirse en una mujer sensata y entrañable. Florence Pugh tiene una nominación al Oscar como Mejor actriz de reparto y sinceramente no nos sorprende, ya que es estupenda.
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