¡ALERTA, SPOILERS A CONTINUACIÓN!
Desde los primeros minutos de Star Wars: El ascenso de Skywalker podemos notar la constante presencia de la General Leia, personaje icónico para el cultura pop y para la carrera actoral de Carrie Fisher, quien lamentablemente falleció en diciembre de 2016 pocos meses después de terminar el rodaje de Star Wars: Los últimos Jedi; entonces… ¿cómo apareció en el noveno episodio?
Todo se redujo a la creatividad de su director y coguionista, J.J. Abrams (Star Wars: El despertar de la fuerza), quien decidió honrar la memoria de Carrie Fisher, pero no recreó a la icónica Leia mediante el uso de imágenes generadas por computadora (CGI), sino que prefirió utilizar material que no fue ocupado en el Episodio VII. Si lo pensamos fríamente, el CGI pudo ser la respuesta sencilla, pero Abrams quiso mantener la verdadera esencia de Fisher en todo momento.
Para conseguir este resultado tuvo que recurrir al material sobrante que filmó Carrie Fisher para la producción de Star Wars: El despertar de la fuerza. Además el hermano de la intérprete, Todd Fisher, aseguró que Abrams también recurrió al escaso material que pudo rescatar de Los últimos Jedi. Sin embargo, nada fue tan sencillo como parece, digamos que no hicieron copy / paste en términos de edición. Si observas detalladamente los encuadres de Fisher en El despertar de la fuerza podrás notar ciertas similitudes en la nueva producción, principalmente en su apariencia, por ello J.J. Abrams y la producción decidieron mantener el rostro intacto, pero cambiar digitalmente todo a su alrededor.
Esto comprende desde su peinado, vestimenta y atmósfera que le rodeaba hasta los personajes con los que interactúa y así justifica que algunos diálogos entre Leia y Rey (Daisy Ridley) parecieran no tener una conexión verdadera; inclusive al observar con detenimiento las respuestas de la General parecieran tener cierta incoherencia acompañadas de un vago comportamiento.
Recordemos que Abrams tuvo limitadas escenas de El despertar de la fuerza para aplicarlas en esta cierre de saga; gran parte de sus recursos digitales constituyen apenas ocho minutos de material extra, razón por la cual Abrams y compañía tuvieron que analizar detenidamente dichas escenas y después ingeniárselas para acoplarlas al libreto ya terminado de El ascenso de Skywalker.
Aunque no todo fue CGI para los pequeños detalles, durante la emotiva escena en la que Leia decide utilizar toda la fuerza que le queda para crear una corta conexión con su hijo, Kylo Ren (Adam Driver), y de este modo darle ventaja a Rey, vemos únicamente las piernas de Leia y parte de su torso mientras se recuesta preparándose para partir. Este momento fue exclusivo de la nueva película, por ello es muy probable que una doble de cuerpo se haya encargado de rodar la escena.
Algo similar sucedió en el recuerdo de Luke (Mark Hamill), quien le platica a Rey cómo entrenó a su hermana en las artes de los Jedi, esto dio un rápido vistazo a Leia luchando con su sable de luz y de un momento a otro, se quita el tradicional casco de entrenamiento para dar paso a su joven rostro correspondiente a Star Wars: El retorno del Jedi. Estos pequeños detalles tuvieron que producirse con un sobresaliente trabajo en CGI.
A pesar del último caso, J.J. Abrams se mostró apegado a sus principales planes que contemplaron un digno homenaje al último trabajo de Carrie Fisher en su faceta actoral y por supuesto dentro del universo de Star Wars. De este modo el cierre de ciclos que tanto caracterizó a El ascenso de Skywalker formuló un potencial arco dramático con la despedida de Leia en el arco narrativo y al tener presente que más de 90% de sus apariciones fueron tomadas de escenas reales hechas por Fisher, sin duda le da un emotivo valor agregado a la producción.