Una vez que Rey (Daisy Ridley) le hizo frente a Palpatine (Ian McDiarmid) y sus renovados poderes después de absorber la energía del vínculo que también compartía Kylo Ren (Adam Driver), nuestra heroína recibe un duro golpe del indestructible Emperador, esto la deja sin energías, recostada en el suelo; en serio parecía que el Lado Oscuro iba a controlar el universo entero.
Sin embargo, Rey utiliza la Fuerza y logra establecer una conexión jamás vista en el universo Star Wars al encontrarse con todos los Maestros Jedi a la vez y ellos le dan palabras de aliento para que recupere su coraje y pueda hacerle frente al Sith más poderoso de todos los tiempos. Y con movimientos débiles, Rey consigue hacerse de pie, lista para un segundo round.
Sí, al mismo estilo que el Cap y su escudo roto una vez que Thanos (Josh Brolin) le recetó una descomunal golpiza con su enorme espada y todas las gemas del infinito. En ese momento no podíamos pedirle más a nuestro vengador, sin embargo, su valor le hizo levantarse y volver a enfrentar al poderoso Titán loco. Sin duda, otra similitud entre estas dos producciones.
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