Hace unos días se llevó a cabo la premiere mundial de Cats, el anticipado musical de Tom Hooper (Los miserables) adaptado del clásico de Broadway de Andrew Lloyd Webber. Al terminar la proyección los críticos tenían embargo, lo que quiere decir que no podían hablar del filme hasta 38 horas después. Uno que otro pequeño comentario un tanto extraño, pero positivo salió en redes sociales y parecía de pronto que el filme no había salido del todo mal.
Las declaraciones de Hooper al presentar el filme afirmaban que 24 horas antes apenas había terminado la película no fueron alentadoras y esto se confirmó con las críticas publicadas y en los sitios especializados en calificaciones de las películas como Rotten Tomatoes y Metacritic. Cats tendrá que esconderse, porque la industria los está masacrando.
Al momento en Rotten Tomatoes con 133 criticas acumuladas con un 20% de aceptación mientras en Metacritic lleva 34 con 44 opiniones subidas. Las críticas que han sido generosas alaban a Jennifer Hudson quien interpreta a la gata Grizabella y cuya interpretación de “Memories” le da a la película el mejor momento. Por otra parte, le dan crédito al elenco que la conforma, ya que las ganas y valentía de darles vida a estos cuadrúpedos bailarines llevan suficiente mérito. Sin embargo, el resto de los comentarios son terribles e hilarantes.
Sin duda el absurdo y magia que rodean a este cuento sobre una tribu de gatos en un callejón de Londres es una de las experiencias más surreales e inadaptables en otro contexto que no sea el teatral. Y ahí es donde las críticas se enseñan, porque el uso de CGI es terrible según mencionan y parece que no está del todo terminado y es difícil que el espectador se genere esta ilusión notando todos los detalles que dejó Hooper al aire o a propósito.
Otros críticos más que juzgar lo técnico la catalogan de aburrida, con decisiones cinematográficas cuestionables que al parecer Hooper nunca entendió y sólo trasladó la obra a la pantalla grande, siendo que estos dos lenguajes, aunque en muchos aspectos van de la mano, necesitan ópticas diferentes para poder ser montados. Y es que lo peor que le puede pasar a un musical es que sea aburrido y que el espectador no salga tarareando alguna canción. La falta de alma y corazón según los críticos es quizá el mayor pecado que tienes estos mininos bailarines. Cats se estrena el próximo 25 de diciembre.