Comencemos hablando de Rey (Daisy Ridley); sabemos que ella ha cargado en sus hombros la nueva trilogía de Star Wars pasando por el control creativo de J.J. Abrams y Rian Johnson, pero seamos sinceros: este personaje aún no termina por hacerse del peso suficiente para que todos los fanáticos puedan sentirse en completa conexión.
Las montañas de dudas que rodean a este personaje siguen sin crear un verdadero potencial, seguimos sin conocer su pasado, ¿de verdad es una Skywalker? Quizá en esta última entrega de la saga podamos averiguarlo. Además fue “entrenada” por Luke, esto podría tener un verdadero significado.
Y retomando la idea principal, la última vez que vimos a Rey fue mientras escapaba en el Halcón Milenario formando parte de la Resistencia, finalmente ella es quien porta un sable de luz y ha comenzado su camino como alguien que aparentemente domina la Fuerza. Insistimos, estos puntos siguen sin convencer por completo, no es una Jedi, pero tampoco es un personaje cualquiera.
Por otra parte el vínculo que mantiene con Kylo Ren (Adam Driver) sigue activo, pero también han tomado caminos distintos, regresando al antiguo enfrentamiento entre el bien contra el mal. La intriga que surge es si alguno de los dos tendrá un destino mortal, los hemos visto enfrentarse -nuevamente- en los avances de la cinta, ¿será el duelo que marque esta nueva ola de cintas Star Wars? En serio nos hace falta una lucha de sables de luz que sea lo suficientemente épica.