Es verdad que Amy es un bombón de persona y preferiría pasarla mal antes de hacer sufrir a otra persona. Sin embargo, cuando se trata de ciencia no mide con la misma vara de ética y moral. En uno de los episodios, la chica decide enseñarle a fumar a un simio e incluso lo lleva a su casa para analizar la influencia de la nicotina en su sistema. Claramente está siendo cruel con el animal y, aunque todo es en pro de estudiar ciertos tipos de avances científicos, hacer adictos a los simios no es algo que muchos vean con buenos ojos.
No todo fue risa para el grupo de amigos, algunas veces se pasaron de la raya.