En un episodio de la quinta temporada, Howard tiene la oportunidad de trabajar con Stephen Hawking, uno de los máximos ídolos de Sheldon. Por ello, Cooper le pide a su amigo con desesperación que le presente a la leyenda matemática y es cuando la mente de Wolowitz se da cuenta de la oportunidad que tiene ante sí.
El ingeniero (objetivo de burlas de Sheldon) decide ponerle una serie de tareas vergonzosas a su amigo, que incluyen acompañar a su madre de compras, limpiar su amplia colección de hebillas y culminando con la cereza en el pastel haciendo que Cooper se vista con minifalda y con su gorrito como su fuera una señora del aseo. Así tiene que llegar a la cafetería de la universidad en la que trabajan.