Conocido principalmente por su papel de Max Cherry en Jackie Brown que incluso le valió una nominación al Oscar en 1998, Robert Forster fue un actor muy trabajador y adaptable. Sus créditos rebasan los 180 solamente como actor e incluso hizo pruebas como director en alguna ocasión y produjo tres proyectos para el cine y la televisión. Lamentablemente el actor murió esta tarde a los 78 años.
La causa de su deceso fue cáncer cerebral de acuerdo con información de The Hollywood Reporter. Falleció en Los Ángeles, California, curiosamente en el marco del estreno de El Camino: Una película de Breaking Bad. Recordemos que el intérprete tuvo una participación importante al final de la serie como Ed, aquel personaje encargado de extraer a las personas que quieren un nuevo comienzo, como Walter White (Bryan Cranston).
Forster hizo su debut en el cine a lado de dos titanes de la industria: Marlon Brando y Elizabeth Taylor, quienes en 1967 protagonizaron Reflections in a Golden Eye. Para ese entonces, Robert tenía 26 años, por lo que relativamente comenzó grande en la industria, pero a partir de ese primer paso su carrera iría en ascenso, aunque no exenta de altibajos.
Después de probar suerte en la televisión y el cine, en 1997 llega el papel más importante de su trayectoria: el de Max Cherry en Jackie Brown, dirigida por Quentin Tarantino (Había una vez… en Hollywood). Se dice que desde años atrás el director tenía contemplado a Robert para darle un papel en Perros de reserva, sin embargo, tras ver las audiciones decidió no incluirlo, aunque años más tarde le concedió uno de los protagónicos en la menciona cinta que le valió una nominación al Oscar.
Sin embargo, no todo era miel sobre hojuelas y en algún punto de su carrera Forster no tenía trabajo, pero sí una familia a la cual sacar adelante: “Pasé 21 meses sin trabajo – comentó en una entrevista para Chicago Tribune (vía THR) – tenía cuatro hijos; tomé cualquier trabajo que pudiera conseguir. Mi carrera fue así durante cinco años y luego así durante 27 años. Cada vez que alcanzaba un nivel más bajo que pensaba que podía tolerar, caía un poco más y luego un poco más. Cerca del final no tenía agente, ni gerente, sin abogado, sin nada. Estaba tomando lo que se cayó por las grietas.”
Por esa razón comenzó a tomar papales secundarios en producciones de bajo presupuesto y con guiones que no eran lo que buscada, pero al final de cuentas era trabajo. Un ejemplo de perseverancia, lucha continua, amor al arte e imbatibilidad, porque a pesar de las circunstancias no se dejó vencer y su último trabajo (SPOILER ALERT) fue en El Camino: Una película de Breaking Bad, así que resulta paradójico que en el estreno de su participación final como actor haya partido. Descanse en paz, Robert Forster.