Andrés Clariond vuelve a la competencia de largo mexicano de ficción del Festival de Morelia con Territorio, un retrato sobre una joven pareja que no puede tener hijos. En 2014, el director nacido en Monterrey se presentó en el evento con su ópera prima, Hilda, llevándose el premio a Mejor actriz para Verónica Langer.
Cinco años después las inquietudes del realizador continuan apareciendo. "Desde que hice Hilda hablaba del poder que ejercemos los seres humanos, unos sobre otros", reflexiona amablemente en su primer entrevista sobre Territorio. "Hilda era un poder más bien económico, la señora ejercía el poder sobre su empleada doméstica basándose en ello. En este caso estamos hablando de fuerzas más primarias, los seres humanos, más del mundo animal".
Lupe y Manuel, encarnados por Paulina Gaitan y José Pescina (a quien vimos en Carmín tropical, cinta que curiosamente también ganó en el FICM 2014), deciden invitar como donador a Rubén (Jorge A. Jimenez) tras agotar todas las opciones para embarazarse. Esto afectará su relación en formas que no sospechaban. Este triángulo da pie a una cruda disección sobre el matrimonio, el dinero y la presión que se ejerce a una mujer para que se convierta en madre. Sin embargo, el director aprovecha para dar un paso más allá y analizar también el papel del hombre en este tipo de situaciones: "Tenía este interés de explorar el tema de la masculinidad porque creo que nuestras generaciones recibimos dos mensajes: A los hombres de nuestra edad o de nuestras generaciones, por un lado se nos pide ser más sensibles, más abiertos con la mujer y hay otro mensaje que recibimos a la vez para seguir siendo machos, de esconder las emociones. Entonces hay una contradicción, un choque. A mí me interesaba explorar esos dos contextos de hombría".
La voluble relación entre Manuel y Rubén es, en efecto, muy interasante. Sobre todo en aquella escena del baño –de la que no voy a revelar nada– pero de la que el director recuerda: "Estaba muy trazado y si hubo muchos ensayos, es más, hasta tengo el documento que decía los cambios de Rubén, los cambios de Manuel –revela sobre su método de dirección–. Había que mapear muy bien como iba evolucionando el personaje y cómo se iban dando esos cambios de poder y como en la mayoría de las películas, no filmamos cronológicamente, entonces sí teníamos que estar bien conscientes y decir: “Aquí estás en tu etapa dominante o estás en esta otra etapa en vías de ser dominante”. Incluso es un trabajo de posturas, me subraya. Y sí, vaya que es importante notarlo.
En medio de esa lucha para demostrar quién es el macho alfa se encuentra Lupe. Es curioso que en el Festival de Guadalajara vimos a Paulina Gaitan interpretando a una joven que renta su vientre en Souvenir de Armond Cohen, y aquí a una mujer que intenta embarazarse por todos los métodos posibles. Sobre la elección de la actriz, Andrés agrega: "Yo quería retratar a una mujer en que la parte sexual fuera muy importante en su vida". Lo que menos le interesaba al director era plantear este conflicto como ya se ha visto cientos de veces, incluso en las telenovelas. A ella se le dio como instrucción no ser pasiva ni previsible, sino que todo lo que sucediera viniera más de un golpe más carnal. "Con Territorio había una preocupación de no caer en algo machista o en una mujer que fuera un simple objeto que los hombres se pasan uno a otro y de eso sí estuve consciente de que fuera además una mujer trabajadora, activa".
Al exponerse a Territorio no es difícil pensar en el debate que ocurrirá al finalizar de la cinta. Andrés lo acepta: "Me costó tanto trabajo que el final era otro y está filmado un final completamente diferente, pasaban varias cosas después de eso". El realizador y guionista me prometió contarmelo una vez que la cinta se exhibiera publicamente. ¿Estás consciente de que puede ser una película que cause controversia?, agrego. "Sí pero me gusta la controversia", concluye.